sábado, 2 de mayo de 2020

1º de Mayo, una de nuestras calles lanusenses

por Omar Dalponte*

omardalponte@gmail.com

En breve aparecerá mi próximo libro titulado: Tus calles... Lanús... mis calles…
   Aprovechando la fecha del Día de los Trabajadores, a manera de anticipo y con el gusto de continuar pintando nuestra aldea, he aportado para mi columna semanal uno de los textos que integran la obra citada. Espero sea del agrado de todas y todos los lectores que me acompañan con sus críticas, favorables o no pero siempre útiles y bien recibidas, desde hace tantos años.  
    «La calle 1º de Mayo y algunos recuerdos. La historia no empieza cuando nosotros llegamos ni termina cuando partimos. Los que vivimos en el presente recogemos las experiencias del pasado y seremos capaces de transferir algo al futuro si nos comprometemos seriamente con nuestro tiempo. El 1° de Mayo, Día de los Trabajadores, es una fecha para comentar por su riqueza histórica, pues tiene que ver con las luchas obreras, sus mártires, y en definitiva, con el esfuerzo y el sacrificio del ser humano por un mundo más justo. En Lanús la calle que lleva este nombre nace en Ramón Franco al 3700 en Remedios de Escalada y termina al 5400 cuando, paralela a General Olazábal, se encuentra con Coronel Molinedo cerca del Riachuelo y a un costado de la estación de Villa Diamante hacia el Oeste. Ésa, nuestra calle, atraviesa una zona eminentemente obrera que fue creciendo, como tantos otros lugares de nuestra ciudad, al calor de la imaginación y de la energía de vecinos abnegados que trabajaron, desde las instituciones populares, por el mejoramiento de los barrios. Todavía hoy, en amplios sectores, hay más carencias que abundancias y falta mucho para que la calidad de vida sea la que corresponde a gente que bien merece tener una existencia digna. Hoy, como ayer y como siempre, es necesaria la participación popular, el reclamo y la propuesta. La acción del pueblo, bien encaminada, ayuda a las autoridades municipales a realizar una gestión eficiente. Y si estas son sensibles a los requerimientos de la gente, el progreso se logrará para beneficio de todos. Regresando al
inicio de esta nota nos parece pertinente volcar dos palabras respecto a la importante fecha mencionada. Este día recuerda las jornadas de 1886 en las que la clase trabajadora estadounidense realizó una huelga general con el fin de mejorar sus condiciones de trabajo y reclamando la reducción de la jornada a 8 horas diarias. En aquel tiempo los trabajadores, sometidos a una brutal explotación, estaban obligados a cumplir doce, catorce y hasta dieciocho horas diarias de labor en condiciones infrahumanas. El gobierno de EE.UU desató una brutal represión contra los trabajadores en huelga. En un acto realizado en la ciudad de Chicago, los obreros resistieron la represión y la policía mató a 38 de los huelguistas e hirió a otros 200. También, acusados por la muerte de un policía fueron juzgados ocho dirigentes obreros a los que se acusó de ser responsables de los hechos. Cinco de estos fueron condenados sin pruebas definitivas a morir en la horca. A partir de sus muertes, ocurridas el 11 de noviembre de 1887, se conoció a estos obreros como los Mártires de Chicago. Estos sucesos repercutieron fuertemente a nivel internacional y el 1° de Mayo se transformó en una fecha simbólica de la lucha obrera contra la opresión. Los mártires fueron: Georg Engel, Adolf Fischer, Albert Parsons, Hessois Auguste Spies y Louis Linng quien, para no ser ejecutado se suicidó en su celda. Samuel Fielden y Michael Swabb fueron condenados a cadena perpetua y Oscar Neebe a 15 años de trabajos forzados. En la Argentina, las derivaciones de estos hechos empezaron a aparecer a partir de 1890, cuando se realizaron los primeros actos en recuerdo de los Mártires de Chicago en Buenos Aires, Rosario y Chivilcoy. Estos actos fueron realizados en forma clandestina, ya que estaban prohibidos y quienes faltaban a sus trabajos corrían el riesgo de perderlos. Si bien es cierto que la dureza respecto a los trabajadores era moneda corriente, los patrones en las zonas rurales (léase Sociedad Rural) eran extremadamente implacables contra la peonada que adhería a este tipo de actos. En 1904, setenta mil obreros, en su mayoría anarquistas, recordaron el 1° de Mayo en el barrio de La Boca. El entonces 37  presidente Julio A. Roca que había prohibido el acto ordenó una brutal represión y allí fue asesinado el marinero Juan Ocampo de apenas 18 años. Así cayó en nuestro país el primer mártir en el Día de los Trabajadores y ese día de muerte se recuerda como la Masacre de la Plaza Manzini. Cinco años más tarde, el 1º de Mayo de 1909, la policía bajo las órdenes de Ramón Falcón, reprimió un acto convocado por la F.O.R.A. en Plaza Lorea (actual Plaza Congreso). Debido a esa represión hubo ocho muertos, más de cien heridos y varios centenares de detenidos. Estos hechos repercutieron enormemente en las clases populares. Mediante una huelga general por tiempo indeterminado, durante la cual se vivieron días que marcaron hitos en las luchas del movimiento obrero, se logró la libertad de gran parte de esos detenidos. Los días 1º de Mayo, tanto a nivel internacional como a nivel local, especialmente aquellos de fines del siglo diecinueve y los que se conmemoraron en los primeros años del siglo veinte, fueron jornadas que quedaron grabadas por la brutal represión hacia los trabajadores. Esas jornadas han quedado en la historia como la expresión de la lucha de los pueblos contra la opresión del capitalismo y de los estados que imponían interminables jornadas de trabajo a sangre y fuego. La historia del 1º de Mayo, nacido del violento asesinato de los Mártires de Chicago, lleva en sí las marcas de la violencia de los estados contra las organizaciones obreras. También, luego de la caída del peronismo en 1955 durante las diferentes dictaduras que mutilaron a nuestra patria, en más de una oportunidad tuvimos que lamentar víctimas en el Día de los Trabajadores. En distintas partes del mundo, cada Primero de Mayo, a esta altura del siglo XXI todavía ocurren enfrentamientos entre obreros y policías similares a tantos otros vividos a lo largo de más de cien años. La lucha continúa».

    (*)  De Iniciativa Socialista