por Lisandro Martínez*
Los obreros y delegados de SIAT salieron a denunciar públicamente y ante el Municipio de Lanús y autoridades de Trabajo que la familia Rocca “quiere levantar la cuarentena”, y que de concretarse la medida eso pondría en riesgo no sólo al plantel, sino a la población de la populosa Valentín Alsina (La Defensa digital 16/4/2020).SIAT es parte de la industria metalúrgica pero su producción no es esencial en la pandemia. Levantar la cuarentena sólo traería aparejados beneficios económicos a Techint.
Los dirigentes obreros de SIAT han señalado en reportajes: “Es un foco de contagio para toda la zona de Valentín Alsina y para el resto de los barrios de Lanús donde viven los trabajadores que viajan hasta la empresa”.
Los Rocca antes de que se dicte la cuarentena en Argentina por el brote de coronavirus suspendieron al personal durante varias semanas, excusándose en la falta de trabajo que continúa hasta la fecha. La empresa persigue una política de rebaja drástica en los salarios para la planta de Alsina, despidos y cambios en la modalidad del trabajo, como ya lo concretó despidiendo 1.450 obreros. El secretariado nacional de la UOM intentó hacer pasar una rebaja salarial que voló por los aires cuando sus afiliados desautorizaron a la dirección del gremio rechazando la rebaja del 30%.
La clase obrera y sus direcciones de fábrica rechazan el levantamiento de la cuarentena, no obstante un sector de la izquierda inconsecuente considera que la cuarentena es la fruta envenenada que encamina la situación hacia un régimen policíaco. El desvarío está a la vista y el caso Techint es un ejemplo vivo. La familia Rocca preside Confindustria (la UIA italiana). En el valle del río Serio se concentra uno de los polos industriales más importantes de Italia. La patronal presionó a todas las instituciones gubernamentales para que en el inicio de la pandemia de covid-19 no hubiera cuarentena y no se cerraran sus fábricas. “El
28/2, cuando ya había 110 contagiados en la región, la Confindustria lanzó su campaña “Italia no se detiene” que internacionalmente se conoció como YesWeWork. Cinco días más tarde estalló el brote que desplazó a China como el centro de la pandemia mundial” (Página 12 19/4/2020).
Esa es la zona con más muertos por coronavirus por habitante en Italia (www.enestosdias.com.ar/16/4/2020).
Un dato más que revelador sobre los Rocca: “En la provincia de Bérgamo, como en toda la Lombardía, la sanidad privada es muy potente. En la Bergamasca, en concreto, la mitad de los servicios sanitarios pasan por la privada. Las dos clínicas privadas más importantes de la zona, que facturan más de €15 millones anuales cada una, pertenecen al grupo San Donato –cuyo presidente es nada menos que el ex-viceprimer ministro italiano Angelino Alfano, ex delfín de Berlusconi– y al grupo Humanitas. El presidente de Humanitas es Gianfelice Roca, también propietario de Tenaris, la industria que no ha querido mandar sus trabajadores a casa” (www.enlacecritico.com/12/4/2020).
En Campana el monopolio actuó ilegalmente junto al intendente
El mismo día de la declaración de la cuarentena en Argentina, 20/3, Tenaris- Siderca de Campana que emplea a 3.500 obreros, bregó a pesar del DNU por mantener la producción. Fue la acción de los trabajadores la que logró que la planta se paralice.
Ese día se conoció una resolución del intendente de Campana, Sebastián Abella (PRO), donde da “via libre” a los trabajadores de Tenaris a circular por la ciudad en complicidad con Tenaris-Siderca, presionando a los trabajadores para que rompan la cuarentena y trabajen (www.InfoBaires24.com.ar 20/3/2020).
Frente a esta política desembozada de ofensiva contra la integridad física de los trabajadores es necesaria una intervención conjunta de los obreros y vecinos en defensa de la salud y la vida de los trabajadores y habitantes de Valentín Alsina, convocando reuniones y asambleas, exigiendo se pongan en pie Comités de seguridad e higiene que:
1. Reafirmen la cuarentena obrera en defensa de la vida.
2. Que se respeten los pagos de salarios a todos los trabajadores por igual y los derechos adquiridos en premios y modalidades.
3. Ningún despido de efectivos ni contratados.
4. Que se arme un protocolo de salud, higiene y seguridad como ya se discute en las grandes fábricas para condiciones de trabajo con distanciamiento social, en los vestuarios, en la línea, en el comedor, etc. para cuando se vuelva a trabajar y se traslade el protocolo adecuándolo al barrio y su periferia.
(*) Del Partido Obrero-Tendencia.
Con la colaboración de Alfredo Romero