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martes, 7 de abril de 2020

Covid-19: ¿Quien es el responsable de esta tragedia: el virus o el capitalismo?

por Leonardo Wull*

    Las discusiones sobre la infectividad del coronavirus, el tiempo real desde que se instaló en China y el resto del mundo antes de ser detectado, si en realidad ya infectó a muchos más que no han sido detectados por presentar escasos síntomas y por lo tanto el porcentaje de mortalidad real pueda ser menor, son aspectos secundarios en relación a la situación sanitaria presente en el país y en el mundo.
   Hay un acuerdo en todo el mundo de que el 85% que se infecta, cursa un cuadro simil gripal sin consecuencias, sólo el 15% restante puede tener un cuadro clínico que necesite una internación. En esos casos, si hay fiebre de más de 2 días y falta de aire, pérdida del gusto y el olfato, hay cansancio, la internación temprana puede significar la diferencia entre una complicación leve u otra más grave. Este último grupo (alrededor de un  5%) necesitará ingresar a Terapia Intensiva. La mortalidad general es del 1ó 2% (Corea del Sur, Alemania) aunque mayor en los grupos de riesgo ya definidos.  Trepa al 1% en los mayores de 60 años y llega al 10% en los mayores de 80 al igual que en aquellos con enfermedades debilitantes previas. En muchos de estos lamentables casos la muerte se debe a patologías preexistentes que se descompensan con el desafío físico que produce el virus.
   Estos aspectos son públicamente conocidos y este artículo no agrega nada que no se sepa.
   La pregunta es: ¿Esta enfermedad es el Armagedón de esta sociedad actual, como algo nunca visto desde la gripe española o hay otros actores responsables de esta tragedia?
   Los hechos reales son que en Argentina, la disponibilidad de camas globales son 5 veces menos que lo que recomienda la OMS. Esto también se traduce en menos camas de terapia intensiva y respiradores disponibles. La endeblez de nuestro sistema de salud y su complejidad debido a la existencia de múltiples prestadores: privados, obras sociales,públicas nacionales, provinciales, municipales, etcétera, hace difícil la coordinación y el conocimiento de la disponibilidad de camas. Esta situación es el resultado de la
destrucción y desmantelamiento de la salud pública desde hace 50 años, en acuerdo con la política señalada por el Banco Mundial y parcialmente reemplazada por la medicina privada, llevando el lucro a una actividad social esencial.
     No sólo hablamos de la falta de camas, insumos y medicación. Tan importante o más es la falta de personal, la destrucción de servicios, las dificultades para la formación, los salarios bajísimos, etc. que conspiran contra la correcta asistencia de estos pacientes y del resto con otras patologías.
   Además, no sólo es la escasez de insumos, sino la falta de equipos apropiados por parte del personal de salud para atender la emergencia, aumenta la posibilidad de que el personal sanitario se enferme y se complique aún más la asistencia, necesitando camas y recursos para ese mismo personal y restando capacidad asistencial al sistema. El problema se agrava en el entorno quirúrgico, donde las distintas maniobras crean aerosoles que potencialmente pueden infectar al personal asistente, obligando a vestir equipos completos que dejen poca o nula exposición al virus. Debería activarse un protocolo similar al HIV: Todo paciente es portador hasta que se demuestre lo contrario.
    La medida de cuarentena general no es por el virus, sino por el riesgo de no poder hacerse cargo de la gente que está en situación crítica y evitar las dantescas escenas que se difunden sobre la situación en otros países como Ecuador por ejemplo.
Esta medida significará un enorme costo cuyas consecuencias veremos en los próximos meses.
    Las décadas de abandono y destrucción de la Salud Pública, responsabilidad de todos los partidos gobernantes y opositores, van a agravar la situación social y económica de la mayoría de la población.
    Ahora:¿este escenario es propio de Argentina por sus características particulares?
   ¿Acaso Corea del Sur no controló rápidamente la epidemia a niveles manejables? ¿Casualidad? ¿Factores naturales de los coreanos? ¡No! Este país sufrió la epidemia de gripe porcina del 2009 y el brote de MERS en el 2015. Esta experiencia les sirvió para protocolizar la intervención en situaciones de epidemia. En principio, debido al uso de test de detección rápida -no más de un día para el diagnóstico- se pudo detectar a portadores y contagiados asintomáticos y ponerlos en cuarentena. Allí, se realizan 15.000 tests por día. En Argentina 300.
   Por otro lado, prepararon a su sistema de salud para una respuesta rápida y provisión de los insumos necesarios almacenados a tal fin. Además, como aún no se desarrolla una vacuna y probablemente tardará 18 meses en llegar, la necesidad de aislamiento social de los grupos de riesgo y el uso de barbijos para la población en general es una prioridad, mientras se desarrolla un tratamiento farmacológico eficaz para los casos que requieren internación. Por lo que la cuarentena pasó a segundo plano.
   ¿Por qué en Alemania, la tasa de mortalidad es significativamente menor que en España e Italia. Pero es casual? ¿Las poblaciones latinas son más viejas? ¿O se debe a que en Alemania hay 6 veces más respiradores que en Italia? ¿O que en Alemania hay 29 camas de terapia intensiva cada 100.000 habitantes contra 10,3 de España? ¿O que el 78% del personal de las terapias intensivas de este último país sólo está entrenado para terapia médico quirúrgica y unidad coronaria, mientras que en Alemania hay Terapias Intensivas Pulmonares y especialistas en las mismas?
   Se hace evidente que esta política sanitariadesarrollada en Corea no fue seguida por los países en general y a todas luces se ve el resultado. En EEUU, lo que parecería sorprendente, se hace realidad. Las críticas de epidemiólogos y especialistas en general, se centran en falta de insumos y testeos masivos, al igual que en nuestro país, como así también la inexistencia de protocolos acordes para enfrentar una epidemia. En años anteriores, las simulaciones que se realizaron para enfrentar una epidemia incluyeron un virus respiratorio como el actual, demostraron la insuficiencia de insumos, equipamiento y preparación del personal sanitario y administrativo para enfrentar una epidemia.
Y aún, más sorprendentemente,subfinancia la preparación para brotes de enfermedades y los programas de salud pública en general. Esta realidad llevó a la administración de Obama, después del brote de ébola, a aumentar la preparación al establecer una oficina de la Casa Blanca dedicada exclusivamente al tema y producir un libro de intervención de 69 páginas en caso de un brote. La administraciónTrump, sin embargo, retiró estos esfuerzos, y disolvió la oficina de la Casa Blanca.
   Mientras tanto, desde hace dos décadas, tanto España como Italia asisten a la destrucción de la asistencia sanitaria pública y disminución de personal, situación denunciada en múltiples ocasiones por los profesionales de la salud de dichos países.
  En Inglaterra, se han denunciado situaciones similares que conspiran contra el control de la epidemia y la protección al personal sanitario.
   En resumen, las enfermedades y epidemias asolarán a la raza humana durante centenares de años y la diferencia la hará la sociedad que exista en cada momento.
   Este drama actual, se desarrolla en una sociedad capitalista que ha preferido el lucro a que el estado invirtiera en una reserva de insumos esenciales para estos eventos catastróficos, que privilegia la salud como lucro en lugar de un derecho social con un sistema sanitario, único, estatal y gratuito y acorde a las necesidades de la población que asiste. Con protocolos de intervención individualizados, desarrollados y probados para intervenir en catástrofes potenciales de todo tipo.
   En una época de decadencia del capitalismo, que desarrolló la educación y la salud en su momento de crecimiento, y que hoy ataca estas mismas conquistas para su misma rapiña, consciente de las consecuencias que enfrenta.
No podemos esperar que los González García o Fernández se hagan cargo de esta situación. Lo han demostrado con creces en toda su trayectoria política. La principal medida es un confinamiento represivo para mantener la cuarentena. Se niegan a llamar a una movilización general frente a la pandemia: Rechazan convocar a las organizaciones sociales y sindicales a participar en esta decisión y control. Rechazan a constituir comisiones de trabajadores de la salud en cada localidad, para monitorear la evolución de esta crisis, releven las necesidades más acuciantes de los barrios y grupos de riesgo e implementar las medidas más convenientes en cada lugar. 
Los trabajadores de salud debemos organizarnos para reclamar por enésima vez :
1) Triplicación del presupuesto de salud para estar a la altura de la crisis
2) Cobertura de todas las vacantes
3) Pase a planta permanente de todo el personal precario estatal y privado y Duplicación del salario
4) Provisión de insumos y equipos de protección para atender con seguridad y evitar el colapso sanitario
5) Exigir la producción nacional de insumos aún a costa de la reconversión provisoria de industrias en esta situación de emergencia. Comisiones de trabajadores fabriles y del personal de salud.
6) Comisiones de trabajadores y vecinos para elaborar planes de contingencia y un plan de salud nacional.

  (*) Médico del hospital Oncológico de Lanus y ex candidato a intendente por el PO