El dirigente peronista Raúl Cosenza, acaba de hacer sus compras en Coto Escalada, y en sus góndolas no había alcohol.
Hoy el defensor del pueblo, Alejandro Gorrini en persona, inspeccionó Coto Diamante, y obligó a poner en góndolas el alcohol que tenían guardado (ver nota).
¿Y los inspectores municipales qué miran?
¿Habrá sanción para la decisión -evidentemente del dueño de la empresa y no de un encargado de sucursal- de acaparar un elemento de prevención esencial contra la peste?