Ya, fuerzas de las policía local y provincial, han abortado el viernes pasado, una intentona de ocupación de la propiedad. De acuerdo a los vecinos, los okupas estaban encabezados por dos colombianos.
“Estamos muy preocupados por el tema ya que muchos de nosotros somos vecinos linderos y los okupas se pueden meter por los fondos de nuestras casas. Estamos también agradecidos tanto al municipio como a la gobernación, por mandar los móviles de Protección Ciudana y de la policía, pero le pedimos al señor intendente que interceda ante la justicia”, señalan vecinos que piden reserva de identidad.
Y dicen que no es la primera vez que irrumpen en la ex clínica: “Otras de las tantas veces que entraron se robaron los televisores y demás elementos. Se meten por la parte de atrás de la clinica. No hubo detenidos”, señalan.
En síntesis: Los vecinos temen que la Clínica Estrada se convierta en algo similar a La Favela de Puerto Deseado, el aguantadero donde se refugiaban los protagonistas de la violación y del infanticidio que conmueve al país. Señala el periodista Daniel Guajardo en Clarín que “La Favela iba a ser una clínica allá por mediados del 2000. Pero algo faltó. Y el edificio quedó a medio hacer aunque con paredes y techo de material. Un día ingresó una familia y se quedó. Después otra. Y luego otra. Y así hasta que lo que iban a ser salas de espera de pacientes o quirófanos se fueron convirtiendo en casas para los sin techo. Muchas familias reclamaron ante un juez y este les dio la razón: les permitió tener energía y gas. Hay de todo en ese lugar. Familias de bajos recursos que tratan de vivir de manera decente. Pero también es refugio temporario de delincuentes”.
