De inmediato salió la ambulancia de la sala de Valentín Alsina con Juan Carlos Garroni al volante y el médico Claudio Santiago Alé a bordo. Recogieron al trabajador mutilado, Ricardo Conde de 23 años, y a dos de sus compañeros, Marcelo Ríos y Leonardo Benitez, quienes llevaban la mano segada a la altura de la muñeca, en una bolsa de naylon con hielo. Y de allí, siguiendo directivas de la base SAME Lanús, se encaminaron al Hospital Gandulfo de Lomas de Zamora, porque -como adelantó en primicia La Defensa- los quirófanos del Hospital Evita estaban inundados.
Piqueteros: La policía, Gonzalez y el traumatólogo. |
No lo querían atender al paciente porque eran de Lanús. Y no lo atendieron. Lo único que se dignaron hacer los sanitaristas de guardia, fue la cauterización de la herida de Conde (foto arriba).
Puesto en situación, SAME Lanús manda la ambulancia de vuelta al pago, esta vez al Hospital Narciso López, donde Conde fue asistido, pero no pudieron ijnjertarle su mano derecha, pues no se había conservado en hielo y no había cirujano especializado en esa operación. La misma mano que el médico Gonzalez del Gandulfo había tirado a la basura, luego de exclamar: -¡Esto no sirve!
Por la mañana del viernes, el propio jefe de gabinete, Diego Kravetz, acompañó a Garroni y a Alé a radicar una denuncia penal.
Garroni manifestó que los integrantes de la guardia del Gandulfo estaban “sacados”, como locos. La interpretación es libre.
Ah, a Conde no lo llevaron a ninguna obra social, porque no la tiene: trabajaba en negro en la fábrica de Balbín al 200.