por Omar Dalponte*
omardalponte@gmail.comEl actual proceso electoral culminará en octubre/noviembre de este año. Poco a poco nos vamos acercando a la primera de las fiestas de la democracia: la jornada del 11 de agosto, día en que concurriremos a votar en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Lamentablemente estas próximas PASO no habrán de realizarse en plenitud como tendría que haber sido de acuerdo al espíritu y la letra de la ley respectiva, tal como la pensó e impulsó Néstor Kirchner. Esta irregularidad resta calidad a la política y no permite a los diferentes candidatos surgidos de armados resueltos por pocos, que puedan competir legitimados por el voto popular. Por fortuna, en algunos lugares como Lanús, hemos conseguido que se cumpla con las primarias y que los vecinos puedan manifestarse democráticamente. Por el bien de todos será importante que quienes resulten perdedores, luego ayuden a los ganadores. Y que los ganadores actúen con la suficiente grandeza para integrar a quienes derrotaron. Así tendría que ser.
Más adelante, en las elecciones de primera vuelta, si la fórmula Kicilloff-Magario se impone, y en nuestro distrito no hubiera un corte de boleta significativo en favor del actual intendente, recuperaremos la provincia de Buenos Aires y con ella Lanús, territorio que, antes de perder el invicto en 2015, fue un imbatible bastión peronista.
Si el Frente de Todos triunfa en Lanús, nuestro principal candidato (o candidata) se alzará con la gloria para siempre y será parte indiscutible de la conducción del justicialismo local. Si ocurre una derrota, el peronismo sufrirá un golpe durísimo, y de allí en más habrá que imaginar como volver a ponerlo en pie para afrontar futuros desafíos con la desventaja, en
esa posible nueva realidad, de no contar con liderazgos de peso y teniendo referentes políticos debilitados.
Frente a estas posibilidades de triunfo o de derrota hay que estar preparados y ser conscientes que lo que tenemos por delante es muy difícil y que quienes nos representen tendrán la obligación ineludible de dejar hasta el último aliento en esta lucha. Nosotros, en tanto parte del activo militante, debemos responder a la misma exigencia demandando, además, que el Frente de Todos local sea una fuerza política en operaciones dentro del territorio lanusense. El compromiso es de todas y de todos. Lo que logremos acumular en nuestro distrito ayudará a la posibilidad de obtener la victoria del peronismo en la provincia de Buenos Aires y en el orden nacional. De manera que cada voto sumado contribuirá a la patriótica tarea orientada a desalojar del poder al macrismo. Muy pocas personas, o ninguna, ignoran el daño que ha hecho el macrismo a nuestro país. Y todos, especialmente los militantes del peronismo, sabemos de nuestros aciertos pero también conocemos muy bien cuántos errores cometimos para que gran parte del pueblo nos haya dado la espalda después de haber gobernado doce años. Por lo tanto, desde nuestro lugar, deberemos saber cómo llegar a los disconformes, con propuestas inteligentes y explicaciones claras para que no vuelvan a creer en promesas que no se cumplirán y en mentiras hábilmente formuladas, presentadas como verdades por la vocinglería periodística cómplice del gobierno. Al mismo tiempo, de una vez por todas, sabiendo que no somos infalibles y teniendo en claro que, salvo los recientes resultados provinciales favorables, venimos de derrota en derrota, tendremos que dejar de lado actitudes soberbias y esa tendencia perniciosa a los triunfalismos infantiles que no permiten ver las cosas en su verdadera dimensión. Tampoco hay lugar para ciertas estupideces. Más allá del cariño y del respeto que sentimos por Lula da Silva, no fue acertado que nuestro principal candidato haya ido a Brasil a solidarizarse con el ex presidente prisionero y no visite aquí a los compañeros presos. Si en determinadas cuestiones queremos que se nos vea solidarios debemos serlo con todos aquellos que padezcan situaciones parecidas.
También fue innecesario que Matías Lammens, candidato a Jefe de Gobierno del Frente de Todos en la ciudad de Buenos Aires, cruce el charco para visitar a José “Pepe” Mugica en el geriátrico de la política uruguaya. No olvidamos las críticas hirientes de Mugica contra Néstor y Cristina ni que se haya bajado los pantalones frente a la presión de las papeleras cuando nosotros estábamos en pleno conflicto con la ex Botnia. En 2013, el entonces gobernador de Entre Rios, Sergio Urribarri, criticó con dureza la decisión de José Mugica - en aquel tiempo presidente de Uruguay- por su decisión de autorizar a la papelera UPM (ex Botnia) a aumentar la producción con el consiguiente perjuicio para la contaminación de las aguas de nuestro Río Uruguay. Si luchamos por el mantenimiento de la memoria es importante que nos acordemos de todo.
Las imágenes que registraron la despreciable sumisión de Mauricio Macri buscando el abrazo de los poderosos del mundo mientras realizaba actos de entrega miserables como el pacto con la Unión Europea, produjeron un impacto visual de alto voltaje en la opinión pública. Son fotografías que acomodadas con discursos tramposos por los serviles de los medios de comunicación consiguieron instalar en amplios sectores de la sociedad la falsedad de que nuestra presencia internacional es de suma importancia y valorada en los centros del poder mundial . No son pocos los que tragaron ese anzuelo. Comparadas estas escenas con las de nuestros candidatos entrevistando a personajes en decadencia y que en la actualidad no tienen ninguna incidencia en la política de Argentina, sinceramente no nos ayuda para nada.
En otro costado de la realidad llegó el invierno y con las bajas temperaturas tuvimos que lamentar la muerte de varios compatriotas que vivieron, como tantos otros que sobreviven miserablemente, en un estado de indigencia extrema. Sin techo, sin comida y sin esperanzas. Inadmisible que en un país como la Argentina un tercio de la población haya sido condenado a la pobreza. Y verdaderamente irritante es que gran parte de nuestra sociedad permanezca insensible frente a este drama nacional que no sólo sepulta en la indignidad y en el sufrimiento a millones de seres, sino que cierra todos los caminos hacia un futuro que, con todos los recursos que contamos, debería ser de paz y de bienestar.
En estos cuatro años de flajelo neoliberal los sectores populares han dado batalla. Pero han sido insignificantes, pues el avance de las clases privilegiadas ha sido arrollador y hoy nos encontramos en un país degradado, con la mayoría del pueblo sobreviviendo como puede y caminando contra un vendaval de engaños, mentiras e inmoralidades. Las próximas y cercanas elecciones no serán un episodio más. De acuerdo a lo que elijamos será nuestro futuro. Derrotar al macrismo es la tarea patriótica obligatoria que hoy debemos realizar en nuestra dolorida Argentina. Sin dudas.
(*) De Iniciativa Socialista