por Alejandro Chitrángulo
Esta comprobado cientificamente que el riesgo de desarrollar enfermedades del corazón aumenta a medida que se consumen alimentos fritos, pero hasta el momento ningún estudio confirmaba con exactitud cómo actuaban las grasas de las papas fritas sobre las arterias coronarias encargadas de bombear sangre al corazón.Un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Brescia y la sociedad CEINGE Biotecnologie Avanzate de Italia, ha concluido que comer de dos a tres raciones de papas fritas por semana puede no solo aumentar sino duplicar el riesgo de muerte prematura. Esta es la principal conclusión del estudio publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition tras analizar los datos de más de 4.400 personas. Para su investigacion, los cientificos contaron con los datos del estudio de 4.440 adultos, de entre 45 y 79 años de edad con la intención de examinar los efectos del consumo de papas fritas en la mortalidad.
Los voluntarios tuvieron un seguimiento de 8 años. A lo largo del estudio, los participantes cumplimentaron un cuestionario sobre alimentación; datos que emplearon para comprobar la ingesta semanal de papas al natural y de papas fritas de los participantes.
Durante los 8 años que duró el estudio, 236 participantes fallecieron.
Aunque comer papa no sobresalió por tener un vínculo relevante con el riesgo de mortalidad, sí que destacó sobremanera la ingesta de papas fritas. Los investigadores descubrieron que comparado con los adultos que no consumían papas fritas, los que comían alrededor de dos o tres raciones cada semana tenían el doble de riesgo de muerte prematura. Comer más de tres raciones aumentó aún más este riesgo.
Otros estudios lo confirman
Otra investigación llevada a cabo por el hospital VA Boston Healthcare System, que está a
cargo del Departamento de Asuntos de Veteranos de los Estados Unidos. Evaluaron las dietas de 154.663 miembros de las fuerzas armadas a través del Programa del Millón de Veteranos (MVP), que recopila datos de hombres y mujeres en servicio.
Mediante un cuestionario encontraron que en su mayoría, los voluntarios consumían alimentos fritos al menos una vez a la semana pero la papa frita, era la opción más repetida incluso de manera diaria. Luego se analizaron las historias clínicas para determinar si los veteranos, que tenían una edad promedio de 64 años, desarrollaron alguna enfermedad coronaria.
Durante un período de seguimiento de alrededor de tres años, se produjeron 6.953 muertes relacionadas con eventos cardiovasculares. Las conclusiones del estudio dirigido por Jacqueline Honerlaw fueron publicadas en la revista Clinical Nutrition. Afirman que el riesgo aumentó de acuerdo a la frecuencia de consumo de alimentos fritos. Por cada 1.000 veteranos que comieron frituras al menos una vez a la semana, 14.61 desarrollaron enfermedad de las arterias coronarias. “Lo negativo para las arterias es el calentamiento del aceite que genera un proceso de hidrogenación que es tan malo como las grasas trans”, Se considera que un alimento es alto en grasas cuando supera los cinco gramos por porción. Una opción mediana de papas fritas en cualquier casa de comidas rápidas tiene 15.
Existen diferentes factores de riesgo que aumentan las posibilidades de padecer problemas cardíacos producto del taponamiento de las arterias. Por ejemplo, la hipertensión, el colesterol elevado y la obesidad. No obstante, también hay otros detonantes relacionados a nuestros hábitos: fumar, beber alcohol, no hacer ejercicio y comer alimentos llenos de grasas.
Las grasas, o placa, se van acumulando en las paredes arteriales, estrechándolas y volviéndolas más rígidas. Cuando esto sucede, el flujo de sangre no puede transitar con normalidad. En muchos casos las arterias obstruidas no presentan síntomas -al igual que sucede con el colesterol- por eso, lamentablemente nos damos cuenta del problema cuando se produce un ataque cardiovascular.
Lo importante es moderar ‘los permitidos’ y equilibrar con hábitos saludables, no fumar y hacer actividad física regularmente. El mejor consejo es agregar los aceites en crudo como condimento, y no freír los alimentos. A través de grasas como el aceite recibimos ciertas sustancias que el organismo necesita y no puede elaborar, como los ácidos grasos esenciales, que son imprescindibles para el sistema nervioso. Además son una de las fuentes más importantes de vitamina E, por eso el más recomendable es el aceite de oliva de primera prensada en frío.