por Omar Dalponte*
omardalponte@gmail.comNuestras propuestas no fueron originales ni exclusivas. Tampoco formaron parte de un catálogo de buenas intenciones elaborado y difundido en soledad. Nuestra prédica se sumó a los deseos y propósitos de amplios sectores del peronismo con quienes compartimos la necesidad de arrimar algunos criterios razonables al proceso preelectoral. Tratamos de interpretar el sentir de gran parte del pueblo que desprecia al macrismo pero que no está dispuesta a convalidar los dislates de los propios. Con esfuerzo y perseverancia nuestras voces, acompañando a otras muchas voces, contribuyeron a sumar fundamentos para que se tomen decisiones que garanticen un buen desempeño en los turnos electorales de agosto, octubre y posiblemente noviembre próximos.
Nuestra insistencia, en verdad una insistencia colectiva para alcanzar un nivel de unidad aceptable, fue satisfecha cuando se abrieron las puertas a personas y formaciones políticas con quienes, a pesar de las diferentes visiones respecto a la realidad nacional, fue posible la creación del Frente de Todos.
Nuestra posición compartida con muchísimos compañeros, expresada respetuosamente pero también con firmeza sugiriendo un corrimiento de Cristina Fernández, coincidió finalmente con la inteligente decisión de la ex presidenta de ceder la candidatura principal a Alberto Fernández. El anuncio de tal decisión descolocó, cuando fue anunciada, al periodismo sirviente del macrismo y sacudió al oficialismo que prefería tener enfrente a una competidora que, sin ninguna duda, es destinataria de grandes amores y de profundos odios. Con todo el poder para hacer daño, no hubiera sido difícil desde el gobierno, estimular el sentimiento de aversión de no pocos “clasemedieros” hacia Cristina y repetir las maniobras que le dieron
buen resultado en 2015. En política, fogonear odios suele dar mejores resultados que avivar amores. La resolución de armar la fórmula Fernández- Fernández permitió ampliar el espacio opositor cuyo eje es el peronismo representado en diferentes versiones, y posibilitó que el Frente de Todos hoy pueda ser competitivo contando con altas probabilidades de alcanzar la victoria en las urnas.
Nuestro permanente reclamo de incorporar a un frente opositor al movimiento obrero, sin discriminaciones, también impulsado por numerosos trabajadores desde encuadramientos políticos y sindicales diversos, no fue ignorado. Meses atrás no parecía tarea sencilla conseguir que kirchneristas, moyanistas y alguna otra parcialidad sindical compartieran un mismo dispositivo electoral con los principales dirigentes de la Confederación General del Trabajo. Hoy gran parte de los sindicalistas agrupados en la central obrera respaldan la fórmula del Frente de Todos, aseguran que se sumarán a la campaña y se comprometieron a movilizar a sus gremios. Este hecho, indudablemente de alto voltaje político, es alentador y refuerza las esperanzas en los sectores humildes de nuestra sociedad que, por fin, ven como algunas piezas importantes se acomodan en el tablero político. Uno hubiese preferido que estos acuerdos se realizaran en tiempo y forma y que en las listas de candidatos se hubiese incorporado una mayor representación obrera. Que sirva esta experiencia para que, en el futuro, los trabajadores tengan el lugar que les corresponde en lo que se refiere a la distribución de cargos electivos, pues es de suma importancia que el sector laboral esté debidamente representado en el Parlamento Nacional, en las legislaturas y en los concejos deliberantes.
De todas maneras, que una porción mayoritaria del movimiento obrero esté concretamente del lado opositor al neoliberalismo, es un dato positivo y proporciona una excelente oportunidad para que, desde las bases, se demande a las dirigencias el sostenimiento de los acuerdos alcanzados y la profundización de la unidad mediante la elaboración de un programa en el cual intervengan todas las expresiones políticas y sociales nacionales dispuestas a construir la Patria Nueva.
Nuestro requerimiento sostenido en defensa de la democratización de la política proponiendo en forma terminante la realización de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, propuesto y publicado reiteradamente, coincidente con el reclamo de personalidades y de distintas corrientes del peronismo, contribuyó a que en nuestro distrito Lanùs se lleven a cabo las P.A.S.O. Cuatro listas competirán el 11 de agosto y los vecinos decidiremos.
Lamentamos profundamente que las principales candidaturas no se hayan resuelto mediante la participación libre y democrática del pueblo. Pero ahora, frente a los hechos consumados, nuestro compromiso a favor del Frente de Todos es absoluto. La lucha será muy dura. Y hay que prepararse para después de las elecciones, pues a partir de ellas se abrirá una etapa muy compleja, sumamente difícil en que tendremos que poner toda nuestra inteligencia y nuestras fuerzas para que, en cualquiera de los escenarios posibles, la Argentina no perezca.
(*) De Iniciativa Socialista