por Lisandro Martínez*
En medio de una crisis economía, industrial y social furibunda, en Lanús el intendente Grindetti y su secretario de seguridad Kravetz entienden que su ciclo “democrático” está acabado como el de Macri y por lo tanto han decidido, junto al PJ y otros candidatos, curarse en salud dándole luz verde a la policía para reprimir la agitación política de pintadas y pegatinas (La Defensa 18/5/19). Esto sucede cuando la campaña electoral está en una crisis completa porque los candidatos, a pesar de que responden al imperialismo, no tienen condiciones para encaminar una salida.Los “demócratas” en Lanús quieren meter presos a quienes se planteen impedir el súper saqueo en el municipio y en el país. La orden impartida por el intendente es arbitraria e ilegal pero las bancadas del HCD cómplices, no denuncian que el ejecutivo los ha pasado como alambre caído. Estos preparativos de guerra contra el pueblo anuncian un choque entre los intereses populares y los devoradores de préstamos del FMI, cuya suerte va a estar dada por la velocidad de piernas.
Los candidatos del FMI
El proceso electoral es en estos términos una maniobra reaccionaria para hacer pasar el ajustazo. Las dos versiones de frentes electorales: 1. Alberto Fernández/CFK incluido el pejotismo y 2. Macri/UCR (que con la AFI/Clarín se dedicaron a extorsionar empresarios destruyendo al Poder Judicial y a la Corte), son ambas corrientes la expresión programática más brutal de dependencia económica y nacional cuya pretensión es esclavizar al pueblo trabajador.
La crisis del proceso electoral en Córdoba, Mendoza y en más de media docena de provincias denuncia el final del presidente iletrado y sus CEOS, de los que él mismo se burlara calificándolos como “el mejor equipo en 50 años”. Un dato central de la disgregación fue que días atrás -víctima de su propia medicina: encuestas y mediciones- se fue del país Duran Barba (www.infobae.com.ar 17/5/19).“El Chespirito”, propiciador de festejos
electorales incluyendo bailarines en silla de ruedas, globos y cotillón, no se privó de darse todos los gustos tomando siempre para el churrete a Macri. Pero la realidad lo tumbó y debió saltar del Titanic antes que el desmadre se lo devore.
La incertidumbre se instaló en el macrismo, por lo tanto los usureros le impusieron a Ella que retroceda un casillero y le adosaron un vigilante –no de panadería- como es Fernández: soldado de Menem/Cavallo 1989-1995, privatizador de la jubilación y luego lobista de Clarín en el gobierno de Néstor. Ponerlo al frente a A. Fernández es garantizar los intereses extra nacionales. Esto estuvo previsto cuando CFK retiró sus candidatos para que Schiaretti -empleado y contrabandista junto a los Macri en Sevel Brasil- ganara plebiscitariamente en Córdoba y tuvieran macristas y pejotistas manos libres para hundir a la nación e imponer que paguemos los platos rotos. Para conocer mejor el intestino grueso Nac&Pop: uno de los asesores económicos será Guillermo Nielsen, quien ya vació el país en 2001 y 2005. Afablemente señalo esto para que nadie se queje en el futuro de haber sido estafado.
Estamos en un refrito de la crisis que llevó al 2001. En aquella oportunidad Chacho Álvarez antes de dar el portazo dejó como garante del pago de la deuda a Cavallo. El “Mingo” no pudo con el aluvión y lo único que cosechó por las calles fueron salivazos, huevazos y corridas de las víctimas por su inescrupulosidad. Ahora el rol de fusible lo va a jugar Fernández, mientras la doctora en segundo plano dirá: “¿Y a mí por qué me miran?” La historia primero como drama y luego como comedia.
Y otra vez la pregunta del millón: ¿Alguien puede garantizar que la ladrona burguesía nacional no arrastre a la quiebra al FMI?
El cuadro electoral es de crisis e incertidumbre; Cambiemos está en la lona mientras los “nac&pop” imitando a Cámpora del ‘73 aceptan ser conducidos por los derechistas, quienes desde su llegada a Ezeiza decidieron masacrar al movimiento popular.
En 2019 pretenden aplicar a los laburantes –si se puede- un tormento superior: Congelamiento salarial, pacto social, jubilaciones de u$s200, 70 años para jubilarse y pago de la deuda ilegal, odiosa y usuraria.
Es lógico que las patronales y el imperialismo se preparen para el estallido social y se reagrupen para hacer pasar esta condena al pueblo.
La intervención del FIT
Las elecciones nacionales se dan en este cuadro de pugna sobre qué clase social pagará los costos, por lo tanto el FIT debe intervenir en un marco de crisis profunda.
En octubre de 2018 precisamente el día 20 me tocó cerrar una mesa redonda en un local de Avellaneda cuando se cumplían 8 años del asesinato de Mariano Ferreyra a manos de la patota de Pedraza. Entonces recordé que la muerte del compañero obligó a toda la izquierda a movilizarse –como pocas veces se vio en Argentina- intensamente durante un año seguido para garantizar el juicio y castigo a los responsables de aquel asesinato. Ese noble principio de justicia para un militante dio lugar a que se constituyera un frente de izquierda por primera vez en el país, con un programa revolucionario y que se presentara a elecciones en 2011. Durante la intervención señalé que 2011 -un año de movilizaciones de conjunto- no lo debíamos confundir con 2019, los desafíos continuaban abiertos y la izquierda en ese fin de año (2018) en lugar de actuar en un frente único actuaba partida en tres pedazos frente a las urgencias de la lucha obrera, como continuó haciéndolo durante todo este año 2019.
Por el lado de los candidatos de la patronal y el imperialismo la promesa para las masas laboriosas es “sangre sudor y lágrimas”. Sólo hay una alternativa política si el FIT toma el toro por las astas y sale a una poderosa movilización de conjunto yendo a las concentraciones obreras a explicar nuestra salida. Necesitamos poner a la clase obrera a la cabeza para que cumpla las tareas históricas.
El derrumbe del macrismo y el impacto de esa caída en todas las clases sociales hay que tomarlo presentando al movimiento obrero como el más efectivo control de la cosa pública.
Convoquemos a un Congreso del FIT que vote un planteo de poder donde el movimiento obrero encabece ese proceso.
Fuera Macri y los candidatos del imperialismo.
Fuera el FMI.
No al pago de la deuda.
Asamblea Constituyente Soberana.
Gobierno de los trabajadores.
(*) Del Partido Obrero