por Lisandro Martínez*
El Lanusazo, un levantamiento popular ocurrido en 1982, fue un hijo de aquella epopeya cordobesa que demostró que la clase obrera y el pueblo pueden y deben sacudirse de encima a los chupa sangre.El Cordobazo fue un hecho político que tomó desprevenida a la mayoría de la izquierda, los proto foquista (ERP y Montoneros) y los demócratizantes PST, PC. Durante los días previos, Nahuel Moreno y el PRT llamaron a los estudiantes cordobeses a no seguir a los obreros porque “el gringo Tosco buscaba un golpe democrático”.
En 1966 Perón bendijo a la dictadura de Ongania, quien tomó el poder en junio.
Vandor, el jefe de la burocracia sindical, a pedido de Perón debía arrastrar a los trabajadores para acompañar a la dictadura “desensillando hasta que aclare”. Los oligarcas de la Rural y los “nac&pop” de la CGE con José Ber Gelbard, hoy reivindicado por CFK, estuvieron junto a la CGT y a empresarios extranjeros en la asunción del dictador para fortalecer “un gran acuerdo nacional” como el que hoy pretenden Macri, Cristina, Schiaretti, Lavagna, la Iglesia y otros parásitos. El PO caracterizó al golpe de 1966 como "una síntesis reaccionaria del peronismo y la revolución Libertadora".
La dictadura reprimió luchas y movilizaciones obreras y estudiantiles (huelga portuaria, ferroviaria y azucarera) y con la ayuda de la burocracia traicionó el paro general del 1/3/67 e hizo pasar la política de ajuste del FMI. Pero el onganiato en 1968 estaba agotado -como hoy lo está el régimen político argentino- por una creciente deuda externa y el pago de intereses. El congelamiento salarial y las malas condiciones laborales eran el combustible del motor social que a poco de andar entraría en acción.
Durante el periodo previo al levantamiento obrero, “la izquierda” estaba azorada porque frente a los ataques “el movimiento obrero no respondía”. Según datos oficiales habían retrocedido las huelgas: en 1966 hubo 1900, en 1967 se realizaron 249 y 23 en 1968. Con esos datos la izquierda podía putear en todos los idiomas pasándole la factura a la clase obrera que “dormía”, mientras la izquierda no asumía su rol de conductora, no caracterizaba
el momento ni las oportunidades ni mostraba cual era el camino a recorrer. En el año 1967, la dictadura borró la ley de salario mínimo, las paritarias, congeló salarios, derogó la ley de indemnizaciones por despido y la de insalubridad laboral y elevó de 55 a 60 años la edad para jubilarse. A pesar que eso hoy no lo han podido hacer por la resistencia obrera, la izquierda que no caracteriza el proceso que se desenvuelve delante de ella, persiste en su taparrabos “del adormecimiento de las masas”.
En los días previos al Argentinazo, Elisa Carrió, Víctor De Gennaro y el sacerdote Luis Farinello, juntaban firmas en 2001 para que se pagara la AUH (una dormidera del Banco Mundial), y De Gennaro señalaba apesadumbrado “la clase obrera no quiere luchar”. Es decir que el macaneo de la falta de iniciativa obrera es la justificación de los “prohombres progres y de izquierda” justo antes de que explote la caldera social.
El Cordobazo fue un levantamiento contra una dictadura proimperialista y marcó la irrupción revolucionaria de la clase obrera en la política nacional sin que pudieran hacer nada el PJ, el vandorista Elpidio Torres que dirigía el SMATA ni Ongaro con la CGTA, para desviar ese poderoso movimiento.
Ongaro junto a los guionistas del programa de Huerta Grande y la Falda hicieron demagogia, devorándose al PCA y a otros seguidores -por “zurda”- de la burocracia sindical cuyo norte era arrastrar tras de las patronales a los obreros; Ongaro lo hizo todo el tiempo hasta los ‘90 mientras condujo al Sindicato Gráfico.
La CGTA surgió de un Congreso normalizador armado por la dictadura para que los vandoristas coparan la Central Obrera y fracasó. La CGT surgida del entuerto se llamó “de los Argentinos” y fue una criatura de Perón, apoyada por los foquistas, la UCR y el PCA. Hubo luchas en 1968/69 en Good Year, Citroen, Petroleros de Ensenada y la CGTA no intervino pero se armó la Coordinadora Intersindical de Morón, con sindicatos, agrupaciones y activistas, que llamaron a "la unidad de la regional de la CGT, a través de un congreso de bases". La huelga fue derrotada, pero el activismo se forjó en la lucha y reorganizó la planta.
En su Programa del 1º de Mayo de 1968, la CGTA en lugar de reclamar ante la quiebra del país y del régimen político el gobierno obrero, pidió la "normalización institucional" o sea otra vuelta de cicuta para todo el pueblo. Es decir el pasado vuelve con sus espectros al presente.
Mientras esto sucedía en el país dominado por el imperialismo, a nivel internacional se comenzaba a gestar el gran ascenso de los sometidos, postergados y humillados. Escalaba alto la resistencia a la agresión yanqui en Vietnam, estallaba la revolución cultural china, ascendía varios escalones la lucha obrera en Gran Bretaña, en Francia De Gaulle lanza una serie de ataques contra el salario, las condiciones de trabajo y el régimen de jubilaciones y en 1968 estallaba una revuelta obrera/estudiantil que liquida al prócer patronal de la 2da guerra mundial. El Mayo Francés, acicateó al Cordobazo, al otoño caliente en Italia, a las grandes huelgas de Uruguay y a la gigantesca movilización de la juventud de México. Los compañeros que salían de la cárcel en Grecia cuentan que en esa ciudad se encontraron con una pintada que decía ¡Viva el Cordobazo! dando cuenta de la trascendencia internacional de la movilización argentina.
Un dato de esa realidad es que durante el 29 de mayo de 1969 la mayoría de las columnas marcharon con la consigna de “luche, luche, luche no deje de luchar, por un gobierno obrero, obrero y popular”, que Guaraní tomó luego para hacer una canción. El 29/5/1969 en las movilizaciones de Córdoba las consignas sobre el regreso de Perón fueron escasamente voceadas, como tampoco lo fue “Obreros y estudiantes unidos y adelante”. En Junio 1969, PO N°53 señaló “La policía de Córdoba apaleó en menos de un año a todas las clases sociales, pero el 29/5 toda la ciudad apaleó a la policía”.
El Cordobazo en 2019 está más vigente que nunca en la agonía del macrismo y el derrumbe del régimen político fondomonetarista, al que la izquierda debe prepararse conscientemente para superar y darle una salida en términos obreros.
Fuera Macri
Asamblea Constituyente Soberana
Gobierno de los trabajadores
(*) Del Partido Obrero