A pesar de que la grasería multidenunciada Hebos, provocó hace unos días una ola de efluvios putrefacctos que llegó hasta la Recoleta, no fue la Municipalidad de Lanús la que clausuró sus instalaciones. Tuvo que venir la Patrulla Ambiental de Acumar, que detectó vuelcos clandestinos y descargas ilegales en los desagües pluviales (foto) que contaminaban el Riachuelo y ayer, quedó clausurada la famosa sebería.
Hebos tiene coronita: Ni Manuel Quindimil, ni Darío Diaz Perez, ni Nestor Grindetti, terminan con las andanzas de una grasería que hace insufrible la vida de los vecinos del oeste del distrito.
Los esteños padecen lo suyo con con la poderosa Curtiembre Arley. Para eso la municipalidad es equitativa.