Observa Eduardo Ugarte que no todas son buenas noticias las que trajo el puente Olímpico que cruza el Riachuelo a la altura de Osorio, que “nadie puede negar que es muy beneficioso para los automovilistas que lo usan diariamente, y también en cuanto a seguridad para los vecinos de Villa Giardino ya que contamos con un destacamento caminero que permanentemente realiza operativos de control”.
“Ahora bien -agrega- no podemos decir lo mismo de los problemas que causó dicho puente: las casas aledañas sufrieron rajaduras de cerámicas y paredes por el enclavamiento de los pilotes por el martillo neumático por lo cual la única solución para los vecinos es desembolsar dinero para reparar las roturas. Como consecuencia del puente la calle Osorio se ha convertido en una de las arterias más transitadas de Lanús a la altura de San Martín o Perón por citar algunas, con el agravante que por ahí circulan 7 lineas de colectivos: 520 B, B2, C, D. 188 2 y 3 y 421. Y el mes que viene con el polo educativo mil alumnos estarán en las inmediaciones, más una unidad de pronta atención (UPA 3). O sea que en actividad resulta casi imposible cruzar dicha arteria ya que no hay semáforo ni agente que controle la circulación”, apunta.