lunes, 14 de enero de 2019

Los hombres que no aman a las mujeres

por Lisandro Martínez*

Con la lectura del artículo de Dalponte (La Defensa 13/1/19), vino a mi memoria el escritor sueco Stieg Larsson de “Los hombres que no amaban a las mujeres”. Larsen falleció en 2004 y el libro fue adaptado al cine en 2011, como “La chica del dragón tatuado” uno de mis films preferidos por la contundencia con que la heroína somete a sus violadores. La historia parte de una organización nazi en un país eslavo y detalla una justicia “a la argentina” con violaciones, sometimientos y prepotencia varonil.
   En el territorio argentino, se violan varias chicas por día y se matan más de 370 por año. La campaña para que se imparta la enseñanza sexual integral (ESI) en todos los niveles educativos ganó las calles y fue votada como ley que luego o no se aplica, o grupos derechistas impiden se impartan en los colegios sin que los pelagatos de la ley actuen. A la ESI -un proyecto legislativo del PO votado positivamente por mayoria- derechistas como Bolsonaros lo llaman “ideología de género”.   
   La misoginia es un comportamiento naturalizado por las religiones que consideran, entre otras cosas, a las mujeres impuras porque menstrúan. Hace unos días mujeres -¡creyentes!- en la India protestaron con una muralla humana de 610 kms de largo exigiendo sus derechos a entrar al Templo Hindú de Sabarimala en Kerala, al sur del país (www.Emol.com 3/1/19). Los derechos de las mujeres se conquistan y en la India patriarcal comenzaron a transitar ese camino, aunque paradójicamente reclamen por entrar al templo, un sitio de opresión donde se elaboran los mecanismos más pérfidos de sumisión.
   Abuelas y tías contaban en mi niñez que a las jóvenes que comenzaban a menstruar se las instruía para que en “esos días no tocaran la cabeza de hombres porque ellos perderían el pelo”. Un dato del reino de la barbarie.
   El procedimiento de violar y matar a mujeres como quien desecha un envase y deja sus porquerías, es el concepto bíblico que defienden los partidos del régimen político en el
planeta. Los Bolsonaros se aliaron con los evangelistas más retrógrados que ahora tienen 48 diputados contra la ideología de género.
   La última campaña por “aborto legal y en el hospital” fue por fuera de los partidos que sostienen al macrismo  (PJ, FV, UC, FR, etc.). Y estos partidos fueron obligados por las movilizaciones a plegarse a la campaña. Una mujer, de este régimen a la carta que sostiene desde 2015 a Macri, como CFK, inventó una salida “poco creíble” y como dice Dalponte, se curó en salud para no perder el tren electoral: “Si cambié -dice- fue por la presencia de miles de chicas en las calles”. Pero ojo, apenas le tiró de las borlas el patriarca Francisco I, Cristina volvió al redil con aquello de “a la Iglesia no la dejemos afuera”, y por lo tanto CFK, como Groucho Marx elaboró: “Tengo mis principios, pero si estos no les gustan tengo otros”. Y por lo tanto ató a su campaña el pañuelo verde y el azul, mostrando que a la hora del oportunismo los nacionalistas burgueses se someten primero a la Iglesia Católica que fue la nodriza del primer y del segundo gobierno peronista durante 9 años (1945/1954) con clases de religión desde el 2º grado de la primaria.  ¡Vaya progresismo!
   Eva Perón fue punta de lanza para desprestigiar a la política socialista revolucionaria o para copiar sus consignas y apropiárselas: “La emancipación de los trabajadores será obra de los trabajadores mismos”, parafraseó a Carlos Marx.  Eva escribió tratando de delimitarse de un gigante como Marx pero solo logró confundir a quien la leyera ya que hablaba de comunismo y estaba analizando la URSS burocratizada desde 1928 por la pandilla estalinista. “La abanderada de los humildes” carecía de estatura intelectual para poder esbozar una crítica a Carlos Marx. Eva como cualquier hijo de vecino, entendía infantilmente que el estado obrero de la URSS era otro imperialismo como Inglaterra o EEUU. La URSS aun en manos de Stalin no entraba en ese estatus.  
   Las declaraciones de Eva sobre el feminismo que transcribe Omar Dalponte, son impresentables y reaccionarias y no resistieron el paso del tiempo, como: “Mujeres cuya primera vocación debió ser indudablemente la de ser hombres”, o “el feminismo dio el paso de lo sublime a lo ridículo”.
   Incluso un niño, que se formó bajo la instrucción de una madre que se negó a afiliarse al peronismo cuando negarse significaba el despido, y que ese pibe además tenía lejos a su padre entre otras cosas por ser perseguido por torturadores como el jefe de la Sección Especial, el comisario Cipriano Lombilla, entiende –hoy- que Eva trabajó sobre un nicho de la clientela política que estaba descuidado.
    Por eso señaló Eva en febrero del 46 que “la mujer argentina ha superado el período de las tutorías civiles. La mujer debe votar”, y les otorgó un derecho político. El 15/6/1947 de visita de apoyo a la España fascista, señaló que “este es el siglo del feminismo victorioso”. Y ya de vuelta en Argentina el 14/9/1947 el Consejo Superior del Partido Peronista resolvió afiliar a las mujeres, lo cual permitió, la formación de otro partido peronista exclusivamente de mujeres. Esto se concretó el 26/7/1949, cuando se reunió la Primera Asamblea Nacional del Movimiento Peronista Femenino. Allí se crea formalmente el Partido Peronista Femenino, siendo Eva Perón elegida presidenta.
   Toda esta demagogia no fue en beneficio del pueblo sino para reforzar el sometimiento de las punteras sobre sindicatos y barrios para impedir cualquier síntoma de independencia de la mujer. El objetivo estuvo cumplido cuando en las elecciones de 1952 se incorporaron al bloque del PP 26 diputadas y 6 senadoras.
   Eva Perón en la década del 40/50 bregaba por la Doctrina Social de la Iglesia que encubría al gobierno de las patronales que falseaban estar por un humanismo de Comunidad Cristiana orientada al bien común, a la voluntad de Dios y la Justicia Social.
  Pasado 67 años estos boletos ya no pagan en la ventanilla de la vida.
   Vamos con los más amplios derechos de las mujeres reclamados en escuelas, empresas, fábricas y sindicatos.

  (*) Del Partido Obrero