
Hoy los negocios de este hombre -que no es ni ingeniero, ni arquitecto, ni constructor- con la comuna, siguen viento en popa. El último negocito que hizo fue la construcción de la sede de las Licencias de Tránsito cuyo paredón se vino abajo al primer viento fuerte. ¡Papelonazo!
Por este negocito Xipolitakis facturó la friolera de 17 millones de pesos aunque en principio la obra se había licitado por quince millones (foto del decreto). Y la obra tenía un plazo de finalización de seis meses y tuvieron que extenderselo a Xipolitakis a 5 meses más.
Ah, y ni antes ni ahora las partes -Diaz Perez, Grindetti y Xipolitakis- salieron a dar explicaciones.