A pesar de las inspecciones en comercios y a los manteros, los estruendos en el distrito continúan. No importa lo que se diga, el tema de la pirotecnia con mucho ruido (cuanto más, mejor) está incorporado en sectores diversos que pareciera que entienden que festejar es armar un bochinche padre.
La ordenanza aprobada hace apenas pocos meses solamente restringe la fabricación, venta, comercialización y uso de cuatro elementos explosivos, que son los de mayor estruendo. Lo demás está permitido, en tanto tengan la autorización del ANMAT y otros organismos.
Como los municipios tienen libertad para disponer ordenanzas al respecto, el de Lanús avanza en la intención de llegar a la pirotecnia cero. Pero esta ordenanza aún no se hizo, por lo cual se comercializa libremente, salvo en los cuatro artículos mencionados. La idea sería la de permitir solamente la pirotecnia de luces -que son hermosas y a todos nos gustan- y abolir definitivamente las explosiones.
Pero este año faltó esa ordenanza... Por eso nos queda intensificar las campañas para tratar de concientizar a los vecinos. No vale enojarse con nadie, hay que explicar lo que muchos sabemos: Que los estruendos hacen mal a muchas personas más que las mencionadas: ancianos, niños pequeños y enfermos, además de nuestros familiares con autismo y nuestras mascotas.
El que no quiere entenderlo y se justifica diciendo que el gobierno mejor se ocupe de otras cosas, se equivoca. El gobierno, además de ocuparse de otras cosas, también debe avanzar en la prohibición total de pirotecnia con sonido, sea del volumen que sea.
Lo de ahora es un primer paso. Lo importante es que avance en ese camino. Y nosotros, vecinos: un poco de compasión por los que sufren con los estruendos no estaría mal... ¿No cree?
Marta Santos