por Lisandro Martínez*
El 24 y 25 de noviembre se instaló en Argentina una crisis política de fuste, cuando Macri y su ministra de Seguridad fueron incapaces de garantizar la llegada a salvo de un micro con el plantel de Boca. Más aún Macri junto a Bullrich que se jacta de impiadosa y de armas cargar no pudieron asegurar el desarrollo del partido River/Boca.Esto expone la insustancialidad de un gobierno que ha asesinado a varias personas en movilizaciones y protestas, bajo la carátula que debe demostrar su carácter brutal y disposición a cualquier salvajada para ganarse la confianza del G20, un conjunto de gobiernos acusados a nivel internacional de los peores crímenes de guerra contra poblaciones civiles y desarmadas. Entre este conjunto de individuos se destaca el príncipe de Arabia Saudí, Mohamed Bin Salmán, autor intelectual del asesinato del periodista opositor Jamal Khashoggi, a quien mandó matar, descuartizar y luego disolver el cadáver en ácido. Bien que a este singular grupete de inescrupulosos le está faltando la expresión más atroz: la de los centroizquierdistas representados por los demócratas de EEUU, dedicados a la violación de los DDHH en todo el mundo y especialmente en Medio Oriente, al que bombardearon durante los 8 años de Hilary Clinton y el gobierno de Obama.
En los medios de comunicación, donde los servicios de inteligencia alimentan a periodistas de pobre condición profesional, se ordenó darle una manija al fanatismo futbolero. Los pobres de espíritu, sin estudios, conocimientos generales ni ideas propias, como Paulo Vilouta u otros casos como Pollo Vignolo, Fantino, Florencia Arrieta, etcétera, tuvieron una destacada participación durante más de un mes batiendo el parche sobre el partido, exacerbando rivalidades y promoviendo “el que es derrotado fue y no tiene revancha”. Macri pidió que lo entrevistara Paulo Vilouta. El presidente dijo que "el partido debía tener
visitantes", pese a que el ministro de Seguridad porteño Martín Ocampo –luego eyectado- aseguró “que no era factible”.
A pesar del aviso de Ocampo, Macri continuó al micrófono: "Esta final nunca se va a repetir. Me parece que el año que viene la final se va a hacer en un solo partido. Recuerdo cuando nos enfrentamos en las semifinales de la Copa. El equipo hace un gol y hay silencio. Eso no es el fútbol: el fútbol es que si hay un gol, hay hinchas que lo gritan". Incluso el presidente en su fase de fanático, señaló que la decisión ya estaba tomada y no sólo era un deseo personal: "Hubo una reunión de trabajo esta semana y están acordando en qué pautas, pero va a ser con público visitante. Acabo de hablar con el jefe de Gobierno porteño", sostuvo.
“El Estadista” de América Latina precisó: "Al estrés que tengo como presidente le sumo el estrés por el partido, pero bueno, así se dio y hay que disfrutarla al máximo". (Macri y “el empleado del mes” Vilouta en Radio La Red el 2/11/18).
El mismo día, utilizando sus dotes de clarividente, aseguró Macri: “Lo que vamos a vivir los argentinos es una final histórica. También la oportunidad de demostrar madurez y que estamos cambiando, que se puede jugar en paz. Le pedí a la ministra que trabaje con la ciudad para que el público visitante pueda ir”.
El 24/11 luego de 8 horas de dislate, 70.000 personas que pagaron $100 millones fueron mantenidas como rehenes en el estadio de Núñez, mientras los corruptos de las asociaciones -¿deportivas?- Conmebol, AFA, River y Boca, iban y venían trenzando trampas y zancadillas, a espaldas de los que garpan.
El desmadre ocasionado por el gobierno, los servicios de inteligencia, la discapacidad mental de los ministros de seguridad de CABA y nacional, no se transformó en un vendaval que destrozara todo lo que pudiera a su paso, porque el pueblo argentino es pensante y paciente, no como el gobierno de los explotadores que actúa calculadora en mano para satisfacer el bolsillo propio.
La reacción de los que salían de la cancha el sábado y eran castigados sin motivo y muchos detenidos por los hijos de Yuta, fue un ejemplo estoico, que contradice a los que dicen que tenemos enquistado un problema de violencia cultural. La violencia está engendrada desde el PE y las altas esferas del poder político; el pueblo, como el barbero, espera afilando su herramienta el momento que responderá a todas las afrentas de los miserables que sociologizan la represión a las masas y la sostienen con argumentos disparatados, como cuando señalan que estaban borrachos y drogados.
Según www.eldestapeweb.com del 24/11/18, Jorge Rial reveló que el operativo de seguridad encomendado por el gobierno de la CABA y nación llevó a los jugadores de Boca a una emboscada para ser agredidos por los hinchas de River. "Los llevaron directo a la hinchada de River. Nadie previno. Nadie desalojó esa zona. Lo más parecido a una emboscada que vi en mi vida. La responsabilidad de la organización de la seguridad es evidente", afirmó Rial.
“Consultada por el terrible hecho, Patricia Bullrich no minimizó lo sucedido pero puso en contexto la situación: ‘Esto fue un ajuste de cuentas entre la Policía de Caba, la barrabrava de River y otros cómplices que ya detectaremos según avancen los días. Al incautarles los millones y las entradas destinadas a la reventa, les agarró un brote psicótico y no se les ocurrió mejor idea que boicotear lo que debería haber sido una fiesta." (Infobae 25/11/18).
Hoy el senador Pichetto, anotándose como bolsonarista de primera hora, analizó los incidentes en River y cuestionó el operativo de seguridad en el Monumental: "La Policía francesa frente a un evento como este pega en serio" (www.iProfesional.com.ar 26/11/18). El aprendiz de fachista no vio como el pueblo francés hoy le puso freno al naftazo en las calles de París enfrentando a la poli. El senador dijo que “la Argentina se ha degradado.” Una concepción incorrecta, lo que está podrido y pudre al cuerpo social es el régimen político que alberga a Pichetto y a otros tan podridos como él.
Macri, en la conferencia de prensa, no trató de ir sobre sus propios servicios de inteligencia que le hicieron la mala jugada de suspender, mediante la violencia concertada con el grupo de barrabravas, la final. En cambio está decidido a ir contra las organizaciones del pueblo que repudian el G20 en Argentina y contra todo aquel que reclame por sus derechos conculcados.
El gobierno nacional de Cambiemos, como en Lanús, se edificó con la presencia de barrabravas como mano de obra activa, lo que conlleva a acuerdos entre “porongas” que derivan más rápido que tarde en una organización delictiva y corrupta.
Las mafias, las barrabravas, los servicios, las fuerzas de represión, están entrelazados con estamentos del gobierno y el estado; esta es la lectura que se desprende de las declaraciones de Bullrich.
Basta de represión y asesinatos.
Fuera Macri, sus ministros y su gobierno, que una Asamblea Constituyente electa por el pueblo se haga cargo del poder político en el camino al gobierno obrero.
Fuera el FMI y el G20
(*) Del Partido Obrero