por Omar Dalponte
omardalponte@gmail.comA nadie escapa que la unidad de todo el peronismo no es fácil de realizar. Pero ello no significa que no haya que seguir luchando por lograrla. Determinados procesos, en las fuerzas políticas importantes, suelen durar años. En el mundo de la política, más en partidos o movimientos numéricamente significativos, cualquier acción que vaya hacia adelante –un proceso es precisamente eso- no es lineal, y las dificultades no son pocas. En la actualidad, diferentes agrupamientos expresan peronismo a su modo, pero ninguno de ellos, por distintas razones, tal como lo señalamos infinidad de veces, lo hace como funcionó el Movimiento en épocas pasadas. En el futuro, en determinado momento del avance del proceso que inevitablemente vivirá nuestro peronismo, podrá ocurrir que vuelva a ser el Movimiento que fue. O que se estrelle contra la muralla de los tiempos y termine hecho añicos. Depende de cómo en la actualidad seamos capaces nosotros, de conservar su doctrina, su historia, sus costumbres, sus grandes figuras y todo lo que posibilitó su protagonismo central a lo largo de casi tres cuartos de siglo. Tarea no sencilla por cierto. Porque además de estar obligados a resistir y contraatacar los embates de los enemigos de siempre, habrá que librar, dentro de nuestras filas y en los alrededores, la batalla ideológica contra quienes, diciéndose amigos, no digieren a Perón, a la Comunidad Organizada, a las Veinte Verdades y cuestionan permanentemente a muchos de nuestros dirigentes.
finalmente. Por ejemplo Florencio Randazzo. A un año de las próximas elecciones y teniendo en cuenta que se avecinan meses de verano durante los cuales el ir y venir de la política tiene otros ritmos, es preocupante que no se supere este estado de parcelación en una fuerza que, de actuar unida electoralmente, sería poco menos que invencible. Pero las cosas son así y desde esta realidad habrá que ver como se llega a octubre del año próximo para confrontar con el oficialismo macrista en comicios que decidirán, nada menos, que la Argentina sea una Nación digna o termine definitivamente colonizada.
Para aquellos que hasta ahora sin éxito venimos bregando por la unidad de todo el peronismo, nos va quedando la esperanza de que los compañeros que mantienen alambradas sus respectivas parcelas decidan compartir un gran espacio común y resuelvan construir un frente político electoral con la participación equitativa de sus respectivos activos. Esto podría intentarse en los sectores de las agrupaciones políticas si primaran criterios razonables. Luego queda por ver como el sindicalismo se comportará en estos próximos meses. El sindicalismo también está afectado por divisiones que para los trabajadores significan un perjuicio muy negativo, pues los debilitan frente a la voracidad de las clases dominantes y a los ataques que se realizan desde el gobierno, impidiéndoles, a la vez, tener mayor participación en los armados políticos y obtener representaciones obreras en funciones ejecutivas y legislativas. En medio de este mar de desencuentros, desde la militancia de base, donde tampoco escasean los impulsos descalificadores hacia quienes buscan ubicación en mesas que no sean las propias, sería conveniente evitar adjetivaciones que no ayudan a unir voluntades desde abajo.
Octubre es un mes propicio para intentar coincidencias. Tenemos el aniversario del natalicio de Perón el 8 de octubre. También el 17, nuestra fecha principal. Tengamos muy presente que como parte del plan pensado hace años para quitarnos identidad, negar nuestra historia, desmerecer e ignorar nuestros símbolos y dividirnos para debilitarnos, nos penetraron culturalmente y, con bastante éxito, consiguieron en parte cambiar nuestras costumbres, oscurecer nuestra cultura e intentar desdibujar a nuestras grandes figuras para sepultarlas en el olvido con el propósito de archivar a Perón como un viejito bueno y a Eva como a una dama caritativa.
Por eso es bueno levantar las presencias de Perón y de Eva como lo que en realidad fueron: dos revolucionarios que por primera vez en la historia de nuestro país volcaron el plato de la balanza para el lado de los pobres. Por eso también es bueno colocar en el centro del escenario nacional a nuestro escudo, nuestra marcha partidaria, sostener nuestra doctrina con las actualizaciones que el conjunto de los peronistas decidan de acuerdo a los nuevos tiempos y recuperar las fechas y los lugares de nuestras grandes gestas.
El 17 de Octubre de 1945, para los peronistas, debe estar en el calendario de las fechas patrias. Es indiscutible que aquel día de aquel año se produjo, como movimiento de masas alzado para lograr un objetivo esencial, el acontecimiento más importante del siglo XX. Fue el punto de partida hacia infinidad de conquistas en beneficio de los trabajadores, un gran movimiento colectivo que el mismo perón interpretó, en su memorable discurso de la noche de aquel día fundacional, “como el renacimiento de una conciencia de los trabajadores, que es lo único que puede hacer grande e inmortal a la Nación”.
Sería importante que nuestra dirigencia sea abanderada en la reconquista de nuestros espacios y de nuestras tradiciones, comenzando por decidir conmemorar el próximo 17 en el lugar donde nacimos: Plaza de Mayo. Si así no ocurriera, en estos momentos en que el peronismo necesita un nuevo impulso para renacer y rescatar a la Patria del pantano donde la está hundiendo el macrismo, somos los militantes de base quienes, autoconvocándonos, tenemos la oportunidad de dar nuestro presente. Para recordar, sin excluir a ningún compañero, nuestra fecha fundamental, levantar la figura egregia de Perón y homenajear a nuestro primer mártir asesinado durante la desconcentración de aquel grandioso acto: Darwin Passaponti. Allí estaremos quienes estemos dispuestos a dar testimonio. Allí nos estamos invitando el próximo 17 en nuestra Plaza de Mayo a las 14 horas, frente al cabildo, lugar donde también ocurrieron cosas, ¿verdad?
(*) De Iniciativa Socialista