Antes de esto una abogada de la firma, Cristina Marangone, se había comunicado con La Defensa, muy enojada -y de mal talante- porque decía que la fábrica era una pulcritud, que el propio juez de Faltas, Norberto Luciani, podía dar fe de ello y que un inspector había comentado recientemente que la fábrica -donde trabajan 26 empleados- “está más limpia que la cocina de mi casa”.
Se ve que la abogada Marangone no había leído el acta municipal del 3/9/18 que dice: “El establecimiento no presenta higiene (sic) en sector de producción y depósito. Faslta de higiene en los pisos y paredes (foto)”. Por eso fue clausurada y ahora la pelota está en el Tribunal de Faltas de Luciani.
