Para Ruíz "es necesario que los municipios, las cámaras empresarias y los representantes de los trabajadores nos reunamos para ordenar la industria. Hay competencia desleal, hay locales que no están habilitados y los industriales les llevan el pan un 40% menos", y agregó que "el cincuenta por ciento de nuestros trabajadores no está registrado por culpa de los industriales. En Lanús buscamos la ordenanza en vigencia para cambiar esa situación”. Y advirtió que algunos bajan precios “poniendo en riesgo la salud de los consumidores. La informalidad va acompañada de un menor precio de venta, pero que eso conlleva a que el producto tenga una menor calidad".
"En el análisis que nosotros hacemos -sostiene Ruiz- las panaderías son portones. Puertas adentro funcionan panaderías clandestinas, que elaboran más de 15 bolsas de harina, con empleados en negro que trabajan entre las diez de la noche y las cuatro de la mañana para a las seis comenzar a repartir". Ruíz (foto) entiende que “evaluar el costo del pan, debería ser responsabilidad del gobierno que debe intervenir sobre la especulación de los molinos, que quieren llevar el trigo a precio internacional. Hoy el precio del pan en Buenos Aires ronda entre los 40 y 55 pesos, cuando en enero se vendía a 36 pesos. Podría llegar a fin de año a 100 pesos". Y respecto de las materias primas explicó que “han dejado de comprar a los molinos y se incorporaron al mercado los depósitos de materias primas. Se genera una cadena y al pasar por una mano más, lógicamente se incrementan los precios”.