María Anchava fue desplazada de su cargo porque las papas queman en el proceso que anunció La Defensa que contra ella sustancia la UFI 4, porque en el verano de 2016, sin título profesional que la respalde, les firmó por bueno el examen oftalmológico a más de 300 personas que tramitaban registros. Ese examen nunca lo hizo nadie -porque los oftalmólogos estaban de vacaciones- y la que ahora da clases de educación vial, vaya a saber uno a cuantos miopes puso a manejar vehículos por las calles.
En el referido proceso en la UFI 4 están pasando los testigos, casi todos ellos empleados municipales, a los que Anchava les viene pidiendo que no declaren en su contra.
Pero -estiman algunos- la UFI 4 debería poner la lupa también sobre el municipio, ya que según se sabe, la actuación de la Anchava no supuso ni siquiera la iniciación de un sumario interno.
Lo increíble es que el recién nombrado García habría sido condenado por la justicia por una estafa que se perpetró contra el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, donde él se desempeñaba como funcionario. Pero esa es otra historia.
