por Marcelo Calvente
La inocultable superioridad de Racing y la elocuencia de
las muchas situaciones de peligro creadas a partir del gol de Donatti, convertido
a los 28’ por
medio de un córner bien tirado al primer palo, mientras Lanús durmió en la
marca del adversario más alto, no reflejan que desde el inicio y hasta dicho
gol, Lanús había sido el dominador. No lo digo yo, lo dicen las llegadas de uno
y otro. Al minuto de juego tuvo la primera con un gran cabezazo de Thaller,
cuyo frentazo sin marca se estrelló en el travesaño, y la pelota, luego de
impactar en el horizontal rebotó en el cuerpo del arquero y, milagro de por
medio, se fue mansamente al tiro de esquina. El envío lo cabeceará Marcone, más
en soledad aún que Thaller, y la pelota se irá por encima del arco. A los 5,
Lautaro superó en velocidad a Donatti, quien adentro del área y desde atrás lo
bajó violentamente, y Delfino, a pocos metros de la jugada y sin futbolistas
que estorben su visión, decidió no sancionar el evidente penal. Cosas de la Superliga a las que,
según parece, habrá que acostumbrarse. El gol de Racing puso fin al breve
dominio Granate.
A partir del
reinicio, Lanús fue perdiendo confianza y precisión en las entregas, y fue
sucumbiendo ante un equipo que tiene un enorme poderío en ataque, aunque lo
hace vulnerable una defensa que no está firme. Marcone fue la figura de Lanús y
Andrada redondeó una muy buena actuación. Carrasco, Pasquini, Román y el Laucha
aportaron lo suyo, pero los delanteros blanquicelestes desnudaron la
inexperiencia de los centrales
granates, dos jóvenes cuya presencia en el
equipo titular era algo impensado dos semanas atrás. Las lesiones de Herrera y
García Guerreño y a la tardanza en la incorporación de Nehuen Paz, el único
refuerzo que llegó a préstamo, lo hicieron posible y de ellos depende su futuro.
Los fundamentos
de la dirigencia fueron explicados, tienen como principal obligación cuidar el
dinero del club, más allá de que los hinchas no parecen darle importancia a la
cuestión ni ala crisis política que se ve venir en la AFA. Es sabido que hay
equipos mejores y peores que Lanús, que por lo visto hasta ahora, puede ganar o perder con cualquiera. Acaba de
concluir el ciclo de Almirón, el más exitoso de la historia del club, con un
saldo a favor inocultable: tres títulos, una final de Copa Libertadores, un
enorme prestigio internacional y un
presupuesto demasiado alto que hay que bajar. Te guste o no, Lanús está en
transición, y esa instancia no tiene plazos. Siendo cuidadosos, pacientes,
austeros, y si ayuda un poco la suerte, pronto volveremos a ser un equipo
competitivo.
El principal objetivo del semestre se empieza a jugar hoy
a las 19:15 en La Fortaleza ante el Sporting Cristal peruano, por
el partido de ida de la primera fase de la Copa Sudamericana.
La revancha será en Lima el 7 de marzo próximo, y el resto de la Copa se jugará después del
receso, que será en junio, cuando se dispute el Mundial de Rusia. Después de un
semestre de recorte de gastos, tanto la conducción como Carboni podrán evaluar mejor el panorama a futuro. Acompañar
al equipo, alentar más que nunca o retacearles el apoyo y fustigara los
protagonistas, es cosa de cada uno.