En la calle Lorenzo Guarracino frente al número 2558, hay un testimonio “de la desprolijidad con que se maneja la cuadrilla de la municipalidad que poda los árboles. Vinieron podaron y así dejaron la vereda del frente del domicilio arriba citado”, dice Maximiliano. Ah, y por supuesto los roñosos anónimos ya aprovechan el montón de ramas para formar un basural.