por Omar Dalponte*
omardalponte@gmail.comParece que la grúa de la política va colocando sobre los rieles al tren descarrilado del peronismo bonaerense.
Finalmente, para la futura conducción del Partido Justicialista de la provincia de Buenos Aires se elaboró una lista de unidad y con ello se arrimó una cuota de cordura al estado de locura posterior a la derrota de octubre. De no mediar alguna situación fuera de lo común desde aquí hasta el 17 de diciembre, fecha fijada para las elecciones internas del justicialismo bonaerense, Gustavo Menéndez, Fernando Gray y Juan Pablo de Jesús, intendentes de Merlo, Esteban Echeverría y del Partido de la Costa, respectivamente, serán los timoneles del peronismo provincial que representarán a sus miles de afiliados durante los próximos años debiendo conducir, entre otras cosas, los turnos electorales de 2019 y 2021 siempre y cuando lleguen hasta el final de sus mandatos.
Los tres pertenecen a las generaciones nacidas entre fines de los años sesenta y el primer lustro de la década de 1970. Menéndez, 50 años, Gray 47 y de Jesús 44. Todos, aparentemente, tienen el respaldo del intendente de Lomas de Zamora, Martin Insaurralde (47 años) y gozan de su amistad. El lomense, con gran influencia en el Grupo Esmeralda que nuclea a un importante número de intendentes justicialistas, sin prisa y sin pausa –según parece- va asfaltando el camino hacia su candidatura a la gobernación de la provincia de Buenos Aires para 2019. Fernando Espinoza (48 años) actual diputado nacional y ex intendente de La Matanza ocupará, de acuerdo a lo publicado, la presidencia del Congreso
del PJ bonaerense, cargo de gran importancia en esta organización política.
Es de esperar que la llegada de dirigentes jóvenes a responsabilidades de conducción tan elevadas proporcionen al peronismo provincial una dinámica acorde a los tiempos que vivimos, comenzando por hacer funcionar al Partido Justicialista como lo que realmente es: una importante institución de la democracia. Debido al revoltijo de la politiquería menuda y la insaciable voracidad de aventureros, las grandes organizaciones políticas se fueron debilitando y nacieron como hongos infinidad de grupos que muy poco aportaron a la formación de dirigentes y a la calidad de los partidos. Mucho menos a la solución de los problemas de nuestra Patria. Para las expresiones políticas del campo popular, particularmente para el peronismo, tanto aventurerismo y ambiciones desmedidas causaron un daño brutal. Uno anhela que a partir de sucesivas derrotas y ante el serio riesgo de pulverizarse, el peronismo, mediante el fortalecimiento del PJ recupere su vigor y vuelva a ser la fuerza nacional, popular y transformadora que, con los trabajadores como columna vertebral, supo colocar a la Nación Argentina en su punto más alto.
Anhelamos que esta dirigencia de mediana edad comprenda muy bien las exigencias del presente. Y nos esforzamos por creer que tendrá en claro como es el neoliberalismo y que puntos calza. Los peronistas de siempre exigiremos el cuidado de la identidad peronista, de sus símbolos, de su tradición, de su doctrina y sobre todo la vigencia de la figura de Juan Perón, principal referente del Movimiento Nacional. No hay mal que por bien no venga dice un viejo refrán. Y tal vez, por esas cosas de los reacomodamientos políticos, el peronismo se haya liberado de algunos agentes patógenos. Así que, intentando una mirada positiva no es absurdo pensar que después de los cimbronazos electorales es posible rescatar el peronismo “químicamente puro” y sembrar nuevas esperanzas. Los dirigentes que conducirán el PJ bonaerense en el futuro inmediato, a excepción del intendente de Esteban Echeverría tienen peronismo en su ADN. Fernando Gray no. Siendo muy joven estuvo ligado al liberalismo cerca de Federico Clérici, un diputado nacional de la década de los noventa perteneciente a la UCD (Unión del Centro Democrático) comandada por Álvaro Alsogaray. Pero rápidamente pasó a las filas del peronismo incorporándose a la tropa de Eduardo Duhalde. No hay que olvidar que también, antes de arribar a los fortines peronistas, se bañaron en las aguas liberales Amado Boudou, Sergio Massa y algunos otros muchachos que con el tiempo aprendieron la Marcha y discursearon al compás de los bombos. Aquella militancia juvenil tal vez le sirva a Gray para contribuir a reforzar los puentes de amistad con Sergio Massa que, otros dirigentes como Martín Insaurralde, construyeron hace tiempo.
Ante el nuevo escenario partidario habrá que ver como se posiciona Unidad Ciudadana, flamante sello político comandado por Cristina Fernández en la provincia de Buenos Aires, dentro del cual habitan muchos referentes no peronistas como Leopoldo Moreau y Martín Sabatella. Como hemos señalado en notas anteriores dando paso a nuestra imaginación, Unidad Ciudadana, dada su composición heterogénea, antes de acercarse al peronismo tradicional, estaría más próxima a ser algo parecido a lo que fue el Partido Intransigente liderado hace años por el legendario Oscar Alende. Como están las cosas, la posibilidad de liderazgo de Cristina sobre la totalidad del peronismo hoy se ve como algo muy lejano.
En nuestro Lanús la lucha interna parece ser inevitable. De no ocurrir algo que altere el damero político del peronismo local, cuatro listas competirán el 17 de diciembre. En cada una de las parcialidades hay compañeros muy respetables. Desde esta columna deseamos que quienes resulten triunfadores, ejerzan la futura conducción con grandeza y sepan abrir los brazos a todos los peronistas poniendo al Partido Justicialista al servicio de los altos intereses del pueblo lanusense. Para la tarea de construir unidad después de las elecciones internas estaremos en la primera línea de la acción política.Seguro.
(*) De Iniciativa Socialista