por Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.comLos días de un año que se fue volando, de pronto, de manera inesperada, comienzan a transcurrir lentamente. Los ecos de la gran victoria obtenida hace unos días se van apagando, en la misma medida que la impaciencia y las dudas se van apoderando de los corazones granates, cada vez más afectados de insomnio, palpitaciones y pesadillas. Los ojos de la ciudad loca de contenta, tan sorprendida que aún no se embanderó como la ocasión amerita, apuntan a Porto Alegre. Para los granates no hay otra cosa que la final de ida, un partido que promete emociones.
Hay diferencias entre el Gremio y Lanús. Gremio es austero, no tiene grandes figuras. Accedió a la final sin deslumbrar, con lo justo, ganando los dos partidos por la mínima ante el disminuido Godoy Cruz, por un gol ante el hoy poderoso Botafogo y con un resultado esotérico en la semifinal: triunfo de visitante por tres a cero y derrota por uno a cero de local ante el Barcelona de Ecuador, un equipo que claramente había llegado demasiado lejos. En cambio, el Grana se consagró finalista
eliminando a dos grandes de nuestro medio y del mundo. La victoria frente a River, sobre todo, puso a la entidad ante los ojos del fútbol del planeta. Pequeños granates pronto nacerán en ciudades tan distantes como Tegucigalpa, Niza, Maracaibo e Hiroshima. Sus padres hoy acompañan ésta gran campaña con simpatía, seguramente ignorando quese están haciendo granates para siempre. Lanús es el equipo de todos, el de las grandes victorias, el del milagro latinoamericano.
La obvia consigna de Lanús es no perder si no se puede ganar, y sobre todo, si toca, no perder por más de un gol. Ahora bien: ¿Almirón elegirá esperar, como esperó a The Strongest en Bolivia, como esperó a Independiente en Avellaneda, o tratará de disputar el dominio en la zona media, como intentóante River en el Monumental? Humilde opinión: Gremio tiene delanteros que, con espacios, sacan ventaja. Para que no la obtengan Lanús no debe arriesgar. La lucha, inexorablemente, será en el medio campo, hasta que uno de los dos tome las riendas del partido definitivamente, o al menos por un buen tramo.
Andá a saber, el fútbol, dicen, dijeron siempre, es imprevisible. Sin embargo, objetivamente, si el juego se da corto, la potencia y la velocidad de Lautaro y Firulete Silva, el momento descomunal en la carrera del Pepe Sand venciendo al tiempo serán la llave de la victoria. Los delanteros granates pisando el área son incontenibles, de llegar acompañados de cerca por Pasquini, Román y Velázquez, con las apariciones de Gómez por sorpresa, no hay rival que aguante. Cómo sea, la serie no terminará en el primer partido. Y para el segundo, no hay nada que preguntar. Lanús saldrá a aplastar a su rival, y si pronto encuentra el camino, la Copa Libertadores paseará por la ciudad y los granates, felices, se sacarán una foto con ella. Y quien te dice, no te extrañes que sean dos, las fotos.