por Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.comLo sucedido el martes por la noche en La Fortaleza no es de este mundo. Fue una tragedia griega que tuvo de todo, y un final feliz. Más allá de vares y llantos, Lanús logró la más grande victoria de su existencia, y lo hizo por sobre River Plate, que a los 40 del primer tiempo lo tenía todo resuelto. Llevaba una ventaja de tres goles, Lanús no encontraba la pelota, y tenía que marcar cuatro para vencer al equipo de Gallardo. Tragedia que se convirtió en comedia: a los 25 del completo Lanús ganaba cuatro a dos, resultado que logró mantener para clasificarse por primera vez en la historia del club a la Final de la Copa Libertadores, mientras el técnico de River perdía su gallardía reclamando la no sanción de una mano casual.
Lanús volverá a jugar el 22 de noviembre en Porto Alegre, y siete días después, el 29, define de local. Sólo una tarde negra en Brasil podría detener su marcha. El Gremio tendrá que ser un muy buen equipo o tener la fortuna muy a su favor para derrotarlo. El de Jorge Almirón es un elenco sólido y equilibrado, todos son parte de un engranaje que incluye la aplicación de variantes tácticas muy exigentes, tanto como jugadas de pelota parada de trama compleja, requerimientos que no cualquier futbolista profesional puede asumir. Si vuelve sin ventaja de Brasil, deberá salir a buscarla de local, de principio a fin, y establecer una superioridad absoluta como la que exhibió frente al Ponte Preta en la final de la Copa Sudamericana 2013, como la que le acaba a imponerle a San Lorenzo y a River, eliminándolos de la competencia sin discusión. Lanús es finalista, el podio más elevado que
puede alcanzar a nivel continental es la Copa, y está a dos partidos, el último en La Fortaleza el 29 de noviembre.
Y si la fortuna continúa acompañando, no te extrañes que el 12 de diciembre nos encuentre en los Emiratos Árabes Unidos, enfrentando al poderoso Pachuca, el campeón mexicano. De superar ese difícil escollo, esta aventura descomunal que se inició en 2016, con la llegada a la presidencia de Nicolás Russo, con la unidad política como marco, con la contratación de Almirón, y la secuencia de títulos, memorables victorias y sueños de grandeza, terminará en Abu Dabi, definiendo el Mundial de Clubes frente al Real de Madrid, el 16 de diciembre próximo.
A veces nos preguntamos si no estamos viviendo un sueño. Todo se alinea en nuestro favor. Tenemos la Libertadores al alcance de la mano. Y el Mundial de Clubes, el bravo Pachuca y nada menos que el Real Madrid en nuestro camino a la gloria. Pellizcate, no estás soñando. Esto dijo el diario madrileño Encuentro Deportivo el 22 de septiembre pasado sobre el presente del campeón español: “Decepción. Eso es lo que ayer de madrugada se respiraba a la salida del Bernabéu. Los aficionados se fueron a sus casas con un enfado monumental por la derrota ante el Betis y no dejaron títere con cabeza, desde Zidane hasta Cristiano Ronaldo. A los jugadores les acusaban por su falta de actitud y al entrenador por los cambios”. La crisis se profundizó desde Entonces. Hace algunas horas,el Realfue derrotado por 3 a 1 por el Tottenham inglés por la Champions League.
Tan sólo cuatro partidos para alcanzar tanta gloria. Si todo sale como debería, en apenas 45 días, en un pase de magia, estaremos golpeando el techo de nuestra historia, y tal vez, quien te dice, no sea un tal Cristiano Ronaldo, saliendo de abajo de su cama, el que nos venga a abrir.