jueves, 5 de octubre de 2017

Encubrimiento y sindicalistas truchos: El estado es responsable

por Lisandro Martinez*


Escuchas telefónicas de los protagonistas de la desaparición forzosa de Maldonado y que obran en el expediente judicial determinan que ministros y funcionarios son parte de la red de encubrimiento que dificulta saber dónde está Santiago y califica esta causa como una grave crisis de gobierno (youtu.be/2xCefA479_E?avia@youtube)
El macrismo ha decidido embarrar la cancha para ocultar el encubrimiento de la desaparición forzosa, abriéndole a un viejo bucanero una causa, con GEOP, gendarmes, helicópteros, perros, caballería, fuegos artificiales y la corporación mediática distribuyendo el bolazo de la llegada de “mani pulite” atada a un presidente varias veces procesado, una de ellas por contrabandista, otra por fisgón de su cuñado, recientemente por cuentas offshore y sigue el prontuario. La causa de “El Pata” la atiende un estafador como el Juez Armella.
Podemos, como hace más de medio siglo lo escribió Catulo Castillo, cantar decididamente que en manos del capitalismo “creer en la honradez y en la moral: ¡Que estupidez!"
“El Pata”, como toda la burocracia sindical, ha sido un pollo alimentado a biberón y salido del vientre de los capitalistas: Barrionuevo (Gastronómicos), El Momo Venegas (UATRE), Calabró (UOM), Moyano, Pignanelli (SMATA), Alberto Roberti (Federación Argentina de Petróleo, Gas y Biocombustibles) y todos los demás; sobre ellos los obreros aseguran
“tienen más testaferros que afiliados”.
Ninguno de los burócratas sindicales se privó en 2016 de utilizar “el régimen de sinceramiento fiscal” lanzado por el gobierno para que los delincuentes de cuello blanco pudieran blanquear bienes mal habidos y plata sucia que tienen en el exterior, inmuebles, cuentas bancarias, acciones, títulos, créditos, etc. Este encubrimiento a actos delincuenciales votado por los senadores y diputados les permitió blanquear el dinero de las millonarias coimas patronales que reciben para mirar a otro lado, permitiendo un 34% de trabajo en negro, despidos, cierres de empresas y se cobren impuestos al trabajo mientras el salario del 60% de los ocupados es inferior a $10.000.
El Indec dice que el 30% de los ocupados cobra menos de $7000. El 20% menos de $5000, el 10% menos de $3000, mientras hay 1.500.000 de desocupados (Clarín 26/9/17).
Esto subraya que la mayoría de los trabajadores con trabajo, 8.500.000 sumados a los 7.000.000 de jubilados, más 1.500.000 de desocupados suman el 40% de la población que aun trabajando están bajo la línea de pobreza. Esto desmiente la sanata de que la pobreza va en vías de superarse.
Sin la colaboración activa de la burocracia, Macri no podría haber eliminado de los Convenios cláusulas favorables a los obreros, ni aplicar la precarización como en ATILRA, Petroleros (Vaca Muerta, etc), Gastronómicos, UATRE, SMATA, Calzado, Textiles, UOM, etc.
La cara tragicómica de esta policía patronal instalada dentro del movimiento obrero, se vio cuando falleció el preferido de Macri: el mafioso Momo Venegas y una de sus hijas le reclamó a Carlos Arrieta, uno de los testaferros del Momo que le devuelva “los ahorros de su padre” e identificó a R. Ayala, Sec. Gral de UATRE, como otro de los cajeros de esa fortuna en negro y señaló que “la herencia del Momo” sólo en blanco sumaba $3 millones (www.perfil.com 19/9/17).
Las peripecias del manejo de la guita de coimas, negociados y depósitos offshore de estos evasores impositivos y chorros de sus propios compañeros descalifican a los padres putativos de los Momos y los Pata. Las patronales y sus gobiernos carecen de cualquier condición moral para ponerle límites a las diabólicas criaturas a las que les han dado vida para tener un dominio despótico sobre la clase obrera; bajo esa dictadura intentarán aplicar el Plan Maestro de precarización contra la juventud estudiosa a través de pasantías.
Sacudir a “El Pata” puede producir el mismo efecto que plumerear un traje viejo: durante unos minutos llamará la atención la cantidad de mugre que vuela, pero la polvareda no hará desaparecer la crisis política soberana que la desaparición forzada enquistó en el macrismo.
El encubrimiento en la desaparición brota en las escuchas judiciales que recogieron los dichos de Daniel Barberis, titular de la Dirección de Violencia Institucional del Ministerio de Seguridad. El celular de un gendarme grabó a Barberis jactándose de “defender la calidad institucional” y celebrando “logramos que el juez escriba lo que no había escrito” y “en términos políticos hicimos lo que teníamos que hacer, el juez escribió que no había indicios contra la gendarmería”. “Ahora están pidiéndole a Macri la cabeza del juez, pero en este barco estamos juntos. ¿Está claro? Si nosotros no podemos salir juntos este barco encalla”.
Es revelador que un funcionario se reúna con los investigados para
“melonearlos”, bajarles línea, unificarlos en un relato y luego subirse al “mismo al barco” de esos sospechosos.
Escuchas y videos destacan que un grupo de gendarmes no se detuvieron en la tranquera mapuche e ingresaron armados al río y volvieron heridos por un enfrentamiento que protagonizaron y al retornar -ver video- (youtu.be/2xCefA479_E?avia@youtube) traen trapos blancos manchados de rojo, ¿sangre? De ese grupo participan, entre otros, el Sub Alférez, Emmanuel Echazú -quien va armado, es herido en cinco partes del rostro y el cuello y es designado por la superioridad a escribir el parte-, el Sargento Juan Carlos Pelozo que escuchó yendo hacia el río “Acá tenemos a uno”. El gendarme Darío Rafael Zoilan que portaba una escopeta que le ordenaron disparar y lo hizo 22 veces y también oyó “Aquí tenemos a uno”. La persecución hacia dentro de la comunidad quiso justificarse por la supuesta agresión recibida por Echazú y Ernesto Yañez. Echazú ratificó su versión de que fue agredido ni bien ingresó por la tranquera pero los testimonios de los escopeteros Darío Rafael Zoilán, Aníbal Cardozo y la enfermera Maira Ramos lo desmienten: Echazú y Yañez fueron heridos en el río Chubut y sus golpes podrían ser producto de un enfrentamiento con Maldonado. No existió ninguna “flagrancia” como quería Nocetti para legitimar el ingreso de Gendarmería al territorio de la Pu Lof en Resistencia. La orden del comandante Pablo Escola fue entrar directamente para “apresar manifestantes” (www.pagina12.com.ar 17/9/17).
Fuera Bullrich y su gabinete
Abajo la Reforma Laboral y el Plan Maestro
Cárcel a los encubridores de la desaparición forzada de SM
   (*) Candidato a senador por el FIT