Pero una somera investigación de La Defensa realizada en el lugar, le da asidero a la hipótesis oficial. Veamos: Herrera hacía cuatro o cinco días que merodeaba la plaza Belgrano. El día del hecho estuvo dando vueltas alrededor del transformador hasta que “se animó, abrió la tapa y arrojó un líquido que hizo que explotara”, relata un testigo. Herrera salió disparado gritando: “Macri gato”, cruzó la avenida, se metió en el McDonald’s de enfrente a Las Palmas, allí se sacó la campera verde camuflada que vestía y volvió a la escena del crimen disimulado entre el público a admirar su “hazaña”. Varias personas -a las 9:30 esa esquina es transitadísima- lo reconocieron y el hombre quedó detenido.
Dos habitués le confiaron a este medio, que para ellos, a Herrera, “le envenenaron la cabeza los fanáticos K que paran por aquí”, para que hiciera lo que hizo. Por ese lado tendría que ir la investigación policial.
¿Y lo del colectivo de El Puente, incendiado media hora antes a sólo cien metros, queda en una mera coincidencia?