por Marcelo Calvente
marcelocalvente@gmail.comAsí como Esteban Andrada cuenta en su morral con un recurso técnico poco frecuenteante la ejecución de un penal en contra -virtud que pronto lo depositará en la Selección Nacional y en la Champions League- Lautaro Acosta es un perito a la hora de recibir una falta. Sobre todo cuando el rival le da la posibilidad de contraatacarlo A veces logra un efecto óptico irreprochable, la ausencia de infracción no se advierte, porque es el delantero el que obliga a su rival a pegarle en el pie que acaba de interponer a la pelota. Pero tampoco hay encuentro en el que las reiteraciones no muestren patadas criminales que Acosta recibe, en cualquier sector del terreno, y uno no piense: “¡Chau, lo rompió todo!”, como el pisotón del colombiano Cardona, que por suerte no lo fracturó. Seguramente la sangre del delantero Granate hubiese salpicado los ojos del árbitro, que no expulsó al despiadado agresor.En el mejor de los casos, los más frecuentes, como ante
Independiente, con su potencia compactada en tamaño de bolsillo somete a rivales de mayor porte, deja atrás a los defensores más veloces, hace amonestar y expulsar, y así, él solito, te gana el partido.
Es interesante observar lo que ocurre cuando juega el equipo alternativo, y cerca de los 15’ del complemento ingresa Lautaro Acosta para reforzar el ataque. Es tal la concentración y la confianza con la que entra que al principio su andar es confuso. Se da órdenes que sólo puede cumplir estando en ritmode partido, en caliente. Durante varios minutos no acierta, pero es tanto lo que intenta que de a poco va perforando el lado derecho de la muralla defensiva del adversario, hasta pasar a dominarlo. En el peor de los casos, cuando las cosas no le salen, apenas con su ímpetu y su carácter, consigue laterales y pelotas paradas en campo rival. Así sucedió ante Boca pese a la derrota final, y así nació el gol de Firulete de tiro libre frente a la Lepra: a fuerza de tirarla larga y chocar con los defensores sacó al equipo del fondo y lo metió en el área rival, algo que a los 60 de juego, sobre todo si el partido viene trabado e incierto, el aporte del Laucha es decisivo.
Su entendimiento del juego, su obediencia táctica, su concentración y sus reflejos, esa cuarta marcha de otro mundo que mete cuando parece que se va a quedar, y la obsesión de que la jugada termine en gol sí o sí, no importa quién lo convierta, lo definen como un futbolista fuera de lo común. Lo digo sinceramente: no debe haber en el mundo muchos jugadores de elite capaces de semejante aporte individual. Dicho de otra forma: si ante Perú, Sampaoli no pone a Lautaro en lugar de Di María es porque no ha hecho bien su trabajo. Los equipos que cuentan con un deportista semejante -lo dicho, son pocos- suelen traducirlo en títulos. Y la última: a los 29 años, Lautaro Acosta está en la plenitud de su carrera, en su mejor versión.
Lindo desafío el del escultor que tiene a su cargo la oportunidad de plasmar con su talento tanta energía,y volcarla en unaobrade arte por tantos ansiada. ¡Quién pudiera captar también su relieve humano, su sonrisa, lafrescura de ánimo y el gesto humilde que no ha perdido, que ya no perderá nunca! Es emocionante verlo saltar a campos visitantes y ver como los alcanzapelotas se le abalanzan para abrazarlo y fotografiarse con él.Ídolo de grandes y niños, ídolo sin fronteras ni de color decamiseta.
Maestro, trabaje tranquilo que somos todos hinchas suyos, los granates de corazón estamos esperando esa estatua como si fuera la de cada uno de nosotros. Porque, al fin y al cabo, el Laucha no sólo es uno de nosotros, también es el mejor. Es el máximo ídolo de todos los tiempos del Club Atlético Lanús, nada menos, una entidad que no para de escribir leyendas, como la del pibe que se crió en el club, que se consagró campeón en su primer temporada en primera, que jugó en el primer mundo y también en Boca, y que volvió a Lanús para quedarse para siempre desoyendo ofertas y consejos para hacer historia. Maestro, con todo respeto, no se apure, ¿Quién le dice que en diciembre no pueda modelar al Laucha levantando la Libertadores?