por Omar Dalponte*
omardalponte@gmail.comPasaron apenas veinte días y parece que hubiese transcurrido un siglo. Desde el 13 de agosto hasta ahora, el mundo y nuestro país en particular, se asemejan a una coctelera cuyo contenido pone en peligro la seguridad del continente.
Corea del Norte lanzó un misil que surcó el cielo japonés y pasó de largo como un silbido para caer en el Pacifico. Con una carga atómica y destinado al corazón de Japón podría haber hecho desaparecer al país del sol naciente. Estados Unidos y Corea del Sur, un día después de aquel ejercicio misilístico, realizaron una de sus maniobras conjuntas, con fuego real, de las mayores efectuadas hasta la fecha.
La noche en que el Frente Cambiemos festejó a puro globo un triunfo que no había sido, el macrismo no imaginó –seguramente- que pocos días más tarde sería Unidad Ciudadana quien tenía derecho al jolgorio por haber sido la expresión política que triunfó en el rubro senadores en las elecciones de la provincia de Buenos Aires.
Menos aún, la muchachada afecta al color amarillo podría haber sospechado que el primer día de septiembre cientos de miles de personas inundarían las calles, plazas de Buenos Aires y otros lugares de la Argentina reclamando por la aparición de Santiago Maldonado, un joven
desaparecido en Chubut, días atrás.
Tampoco la gente de Cambiemos, ni en sus sueños de fantasía, habrá presentido que la porteña Avenida de Mayo, sus adyacencias y varios sitios de provincias del interior serían un campo de batalla entre fuerzas de seguridad y violentos salidos vaya a saber uno de que oscuro organismo u organización política.
Todo llega y pasa con la velocidad del rayo. Da la sensación que a partir de los hechos de anoche, finalizando el primer día de septiembre, con rumbo a la elección de octubre las dos fuerzas principales que pelearán voto a voto tendrán que ajustar sus estrategias de campaña. O sea –presumimos-que habrán de idear como utilizar de la mejor manera los recursos que tengan a su alcance.
La gente de Cambiemos, por los resultados obtenidos en las PASO, se siente ganadora y no pocos creen que la diferencia a su favor se ampliará considerablemente a nivel nacional y que en la provincia de Buenos Aires podrán obtener tres o cuatro puntos de ventaja sobre su oponente principal. Unidad Ciudadana considera que si habiendo tenido en contra el poder del gobierno y la mayor parte de los medios de comunicación ganaron por un pelo en Santa Fe y Buenos Aires, en la próxima, poniendo un esfuerzo militante parecido al de los últimos diez días de noviembre de 2015, la posibilidad de triunfo no está lejana.
Así como es fácil hacer pronósticos irresponsablemente, es muy difícil acertar respecto a lo que sucederá en los próximos comicios.
Lo que uno tiene a mano para poner sobre la mesa y darse el gusto de hacer conjeturas, es que el macrismo hoy cuenta con una fuerza instalada en todo el territorio nacional, disciplinada y con un liderazgo que, por lo que se ve en superficie, nadie discute y todos acatan.
Enfrente, Unidad Ciudadana hace pie en la provincia de Buenos Aires, con una jefatura que algunos consideran infalible y a la que otros se aferran por conveniencia. Cristina Fernández es indudablemente el as de espadas acompañado por cartas no demasiado fuertes para ganar un valecuatro en la definición electoral.
La brillante y leal Fernanda Vallejos, nave capitana en la lista de diputados nacionales, no ha salido a la cancha -hasta ahora- con toda la energía que se necesita en las finales bravas. Graciela Ocaña le sacó dos cuerpos en un final reñido. Jorge Taiana –también hasta ahora- le ha puesto menos onda a la campaña que una bandera de lata. ¡Ni pensar en una gripe de Cristina en lo que va de desde aquí hasta fines del mes que viene!
En el acto de lanzamiento de campaña realizado recientemente en la ciudad de La plata la ex presidenta retomó sus modos discursivos. Muchos aseguran que para bien.
A pocas horas de ese encuentro multitudinario de fervorosos admiradores, Cristina Fernández visitó “Abremate”, dependencia de la Universidad de Lanús, para una reunión –según informó la prensa- con los candidatos a concejales de Lanús y otros de la Primera Sección Electoral.
¿Es conveniente movilizar para este tipo de reuniones al principal cuadro político de Unidad Ciudadana? ¿Estos candidatos locales necesitan que se los instruya para plantarse de la mejor forma frente al electorado lanusense? Más allá de la foto que cada quien haya logrado junto a Cristina para guardar en el arcón de sus recuerdos ¿Dejó un saldo real y positivo la visita, a un ramillete de militantes, de tan importante figura? ¿Valen la pena estos actos minúsculos, desconocidos para la gran mayoría de los votantes de Lanús? ¿No se estarán desperdiciando esfuerzos en pequeñas cosas? Uno, desde el lugar de una crítica constructiva, piensa que en un marco de derrota como la sufrida recientemente en las PASO de nuestro distrito, la dirigencia de Unidad Ciudadana de Lanús debería ocuparse de construir una alternativa seria, bien organizada, creíble, con una base programática sólida e inteligente.
Nada de esto el vecino puede observar en una expresión política que tiene enfrente a un adversario inteligente, poderoso, organizado y que, para colmo, desde lo simbólico, tuvo la habilidad de colocar, al frente de su lista de candidatos a concejales, a alguien de raíz peronista, con apellido emblemático y no escasa influencia en ciertos sectores de Lanús: Noelia Quindimil. Recién se han abierto las puertas de las gateras. Veremos el desarrollo de la carrera y que pasó cuando los competidores crucen el disco.
(*) De Iniciativa Socialista