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domingo, 17 de septiembre de 2017

Cristina, el factótum. Gioja: ¿ordena la tropa?

por  Omar Dalponte

omardalponte@gmail.com
 
Un par de días antes de iniciar la presente nota, este cronista, como todo el mundo interesado en los temas políticos, tomó nota de dos importantes hechos. Uno  de mayor voltaje político que el otro, pero ambos de no poca significación para este tiempo anterior a las elecciones generales de octubre.
   El de mayor repercusión fue, sin dudas, la presencia de Cristina Fernández en un canal de televisión donde fue entrevistada por Luis Novaresio, uno de los periodistas que más destila veneno contra el kirchnerismo y que alguna vez fue partenaire de Mariano Grondona, aquella vieja momia que durante años brilló en el firmamento del gorilaje. Esta vez Cristina jugó bien. Se plantó en territorio enemigo y le orinó las alfombras. A  Novaresio no le dio el piné para salir indemne de esta pulseada. Una cosa es criticar, menoscabar y ensañarse con alguien cuando no está de cuerpo presente y muy otra es tener enfrente al personaje de carne y hueso con oportunidad de exponer sus argumentos y responder a lo que se le pregunte. Y si ese personaje es Cristina Fernández no es fácil ponerle cascabeles al gato. Seguramente el entrevistador elegido para esta oportunidad tendrá que recurrir, por algún tiempo, a baños de asiento con abundante malva para aliviar la inflamación originada en sus partes ocultas después de la sopapeada recibida en este reportaje del cual, la ex presidenta, no sólo salió airosa,  sino
ampliamente victoriosa.
   En su afán por producir un impacto televisivo, a veces, como en esta oportunidad, a los equipos de producción de los medios hegemónicos, como dijera el gran Maradona, se les escapa la tortuga. Cristina –hasta ahora- fue el bocado deseado para, con toda mala intención, sentarla, exhibirla y pasarla por la picadora de carne frente a millones de televidentes. Evidentemente no tuvieron en cuenta la dimensión del personaje. Parece que olvidaron que esta mujer es un sujeto político fuera de serie y no calibraron acertadamente sus  virtudes. Cristina, con 65 añitos sobre su humanidad, es  una militante y dirigente con más de cuatro décadas de lucha en las lides políticas, con una sólida formación que le permitió alcanzar un alto nivel como estadista, que brilló, con su oratoria como legisladora provincial y nacional y como presidenta de la Nación elegida dos veces por el voto popular, destacándose en  importantísimos escenarios internacionales. No es lo mismo discutir con CFK que con Daniel Scioli. Dicho esto con todo respeto por el apreciado, reconocido y leal dirigente que, reconozcamos, no estuvo demasiado feliz cuando debatió con Macri  (no precisamente un campeón de la palabra) poco antes de las elecciones de 2015. Algunos de la jauría mediática que ofician de perros malos cuando los atacados no pueden defenderse, frente a una brava de verdad, como en esta ocasión, son en realidad caniches con dientes de leche. Cristina pudo mostrarse con toda su brillantez y esta es la dirigente que las bases peronistas desean ver. Mostrando su garra habitual y no como una de esas señoras de té vespertino en las confiterías del barrio norte. Además, haciendo gala de su capacidad para definir peleas de fondo, se plantó como candidata presidencial para 2019. Si la querían en los estudios de televisión allí la tuvieron y perdieron por  paliza.   A partir de ahora, aprovechando el saldo positivo que indudablemente dejó esta entrevista, sería bueno -según la opinión de entusiasmados peronistas-   que las actividades futuras de la candidata a senadora sean debidamente planificadas y acompañadas  con presencia militante. No estaría mal – dicen esas voces- concentrarse a las puertas de canales o radios cuando asista Cristina, como una forma democrática de demostrar apoyo a quien hoy es la beneficiaria del cincuenta por ciento de los votos bonaerenses. Lo de Cristina, que se mueve con poco acompañamiento en su pelea electoral, como lo de Scioli en 2015 es heroico pues, cuando cabalga para enfrentar al malón, escasean a su lado quienes pongan el pecho. Siendo mujer y víctima de un acoso infernal como el que soporta, hay que tener valor para copar la banca, como acaba de hacerlo ella, en un ámbito absolutamente hostil. 
    El otro hecho político relevante, especialmente para “el adentro” del peronismo, lo constituye la “Carta Abierta al pueblo peronista” del presidente del Partido Justicialista, don José Luis Gioja, llamando a votar por Cristina Fernández en el mes de octubre. Viejo zorro de la política, con cientos de batallas sobre sus espaldas, seguramente advirtió que no conviene nadar contra la corriente. Con su mensaje influye positivamente en el ánimo de amplios sectores justicialistas y abona elementos a favor de la unidad en la acción del peronismo. Es innegable que, por diferentes razones, hoy existen distintos criterios, enfrentamientos internos y la necesidad de un debate profundo para presentar ante la sociedad una expresión política fuerte, unida y organizada. El veterano sanjuanino sabe de sobra que en este momento hay que ayudar a calmar las aguas y que uno de los deberes principales de los dirigentes prestigiosos es evitar, en lo posible, las peleas intestinas. También, Díaz Pérez, en su carácter de presidente del Partido Justicialista de Lanús y en sintonía con José Luis Gioja, convocó a un Plenario Peronista para el lunes 18 de septiembre en el que estarán presentes el Presidente del Partido Justicialista de Berazategui y Diputado Provincial, Juan José Mussi y el Diputado Nacional y candidato a primer concejal de Lanús, Edgardo Depetri. Sin duda una clara señal de buena vecindad
   Además, independiente de los avatares preelectorales, la tarea legislativa del senador provincial Díaz Pérez  es intensa. Así lo hizo saber a través de una comunicación  mediante la cual informa  sobre los proyectos aprobados en la Comisión de Salud del Senado bonaerense y la importancia de la Emergencia Farmacológica, la Canasta Básica de Medicamentos y la ley de prevención de salud en los trabajadores. Bienvenidos los aportes positivos y los chisporroteos políticos.  Ayudan a la salud de la democracia.

  (*) De Iniciativa Socialista