Los tres pibes-chorros que produjeron momentos de terror en la villa Sapito, cuando primero apuntaron con armas a sus vecinos y luego en avenida Bustamente intentaron asaltar a un camión apuntándole con armas al chofer, fueron capturados por la policía que debió luchar para ello con los familiares de los delincuentes y luego fueron liberados porque son menores de edad, y entregados a sus progenitores, los mismos que no supieron encaminarlos por la buena senda.
Después del episodio del Polaquito, los pibes-chorros están de fiesta en Lanús.