por Alejandro Chitrangúlo
Según los grupos ambientalistas del Fondo Mundial para la Naturaleza, (WWF), que en nuestro país está representada por la Fundación Vida Silvestre, y la Global Footprint Network, a principios de agosto la Tierra ya ha alcanzado el límite de explotación de sus recursos naturales para todo el resto del año 2017. El 2 de agosto se denominó el “Día del exceso de la Tierra”, es decir, el momento del año en el que el planeta entra en déficit de recursos.La fecha se calcula con ayuda de la conocida como huella ecológica, que supone una especie de sistema de contabilidad de los recursos del planeta. En un lado se encuentra la oferta, por ejemplo, de bosques, campos y agua y por otro la demanda o necesidades de la población. También se incluyen las emisiones y desechos. De esta manera, la huella es mucho mayor en las naciones industrializadas.
La fecha, que este año es más temprana que en 2016, significa que la humanidad sobrevivirá “en crédito” hasta el 31 de diciembre. “Para el 2 de agosto de 2017, habremos usado más de
la naturaleza de lo que nuestro planeta puede renovar en todo el año”, dijeron los grupos en un comunicado. Esto significa que en siete meses emitimos más carbono que los océanos y los bosques pueden absorber en un año, pescamos más peces, derribamos más árboles, cosechamos más y consumimos más agua de la que la Tierra pudo producir en el mismo periodo. Según los activistas, se necesitaría el equivalente de 1,7 planetas para producir suficientes recursos naturales para igualar nuestras tasas de consumo y una población en crecimiento.
Cambiar la alimentación
Para ayudar a revertir la tendencia, los activistas y las organizaciones benéficas aconsejan comer menos carne, quemar menos combustible y reducir el desperdicio de alimentos.
Según la Global Footprint Network los alimentos constituyen el 26% de nuestra huella ecológica mundial y que si redujéramos los residuos alimenticios en la mitad, consumiéramos menos alimentos con alto contenido proteínico e introdujéramos en nuestra dieta más frutas y hortalizas, podríamos reducirlo al 16%.
Cada año peor
No obstante, todavía estamos a tiempo. Las personas pueden contribuir a detener, y eventualmente revertir, la tendencia al comer menos carne, quemar menos combustible y reducir el desperdicio de alimentos.
En este contexto, la Argentina cumple un rol primordial: se encuentra 9ª dentro de los 10 países con mayor biocapacidad de producir recursos y proveer servicios ambientales, detrás de Brasil, China, Estados Unidos, Rusia, India, Canadá, Australia, e Indonesia. A su vez, ocupa el puesto 17° del ránking de biocapacidad per cápita duplicando la media estándar de 3.4 hectáreas por habitante. Argentina ocupa el puesto 27º en el ránking de huella ecológica entre 150 países.
El consumo excesivo tiene ya consecuencias, como inclemencias meteorológicas extremas, hambrunas o la extinción de especies, así como la amenaza de que desaparezcan ecosistemas como arrecifes de coral, selvas tropicales o sistemas fluviales, alerta WWF. Los recursos cada vez más limitados será también una de las causas de conflictos y guerras.