por Omar Dalponte
omardalponte@gmail.com.Dijimos la semana pasada: “las cartas están echadas y no habrá más remedio que respaldar lo que se presenta. Pero quienes han asumido la responsabilidad de representar al pueblo peronista tienen la obligación de triunfar. El peronismo lanusense no soportaría ser derrotado nuevamente. Si esto ocurre, después de las elecciones no faltará quien proponga e impulse la rebelión de las bases. Ni quienes aprovechando las torpezas de los que no tuvieron en cuenta a las compañeras y compañeros, se queden con el santo y la limosna”. Esta afirmación tiene su razón de ser porque atendiendo nuestra tarea periodística, en contacto con muchos vecinos peronistas –militantes o no- comprobamos la preocupación y el disgusto que tienen no pocos compañeros y simpatizantes por cómo se formó la lista de candidatos para las próximas elecciones. El mal humor de los disconformes es notorio, se expresa a voz en cuello y abunda en las redes sociales. Basta echar una mirada al facebook nuestro de cada día para establecer el grado de molestia existente en las bases del peronismo lanusense.
Tampoco es menor el fastidio que existe en estos sectores por la diseminación en distintas direcciones de agrupaciones y personas. Observan con hondo pesar cómo se pontifica respecto a la unidad pero en los hechos concretos se acciona para dividir. Molesta que ciertos referentes apostrofen como gigantes y procedan como mosquitos. El peronismo tiene su tradición, sus símbolos, sus costumbres, y disgusta que se convoque a la militancia sin
bombos, sin la marcha tradicional y sin banderas como si se tratara de quitar identidad al Movimiento. Vivimos tiempos en los que se pretende ocultar y desfigurar nuestra historia. Tiempos que en el papel moneda se cambian las figuras de nuestros próceres por el yaguareté o la ballena franca. Aquí parece que cada quien es dueño de la verdad y no faltan - más bien abundan- aquellos que se sienten los elegidos creyendo ser la única opción en la cual el pueblo depositará toda su confianza. Lo cierto es que el peronismo, en Lanús como en tantas otras partes, está partido en pedazos y en cada una de esas porciones tampoco existe una línea de pensamiento y de acción que pueda mostrar un bloque unido con capacidad de ofrecer a nuestra gente un conjunto de ideas fuerza orientadas a resolver los grandes problemas de nuestra ciudad y que generen propuestas para proyectarla de acuerdo a los requerimientos de estos tiempos.
No es un secreto que este cronista adhiere al Frente de Unidad Ciudadana. Pero no es menos cierto que tenemos derecho a señalar lo que creemos que no ayuda al crecimiento de una fuerza nacional y popular que debería ser un ejemplo en producir gestos de grandeza y acciones de progreso. Edgardo Depetri, un cuadro político incuestionable, encabeza, en Lanús, la lista del F.U.C que también integran compañeros de indudable honestidad y una muy respetable trayectoria como – por citar algunos- Jorge Héctor Montero y Natalia Gradaschi. Pero, lamentablemente, otros valiosos compañeros con justas aspiraciones, por esos desencuentros o maniobras que en nada contribuyen a la buena calidad de las organizaciones políticas, no han podido competir en elecciones tan positivas como las P.A.SO. Esto significa un retroceso muy negativo en el funcionamiento de una expresión que pretende ser frentista, amplia y participativa. Referentes como Ismaél Ale, Gabriel Di Massi, y Hernán Lakota no han tenido la posibilidad de disputar en las urnas y participar de un debate interno que hubiese sido muy útil para el ejercicio de la democracia interna. De haberse realizado tal competencia la lista triunfante habría emergido con mayor legitimidad y fortaleza por haber surgido de elecciones en las cuales el pueblo, con la fuerza del voto le hubiese proporcionado mucha vitalidad para competir en octubre.
En el “randazzismo” local aparentemente habrá disputa. De ser así resultará muy saludable como mensaje hacia la sociedad y para esa flamante parcialidad que, más adelante, se verá cómo evoluciona hacia las elecciones generales. En esa parcela intervienen conocidos y respetables dirigentes como Omar López, Raúl Cavalli y Agustin Balladares. Sería interesante que después de octubre, cada quien con sus penas y alegrías se sume al debate que la reconstrucción del peronismo reclamará con miras al futuro. Todos se dicen peronistas y sabemos que es así. Tendrán que demostrarlo en los hechos concretando la unidad, no dejando caer la doctrina, las banderas y las costumbres del Movimiento de Perón reconstruyéndolo y haciendo un todo con los pedazos esparcidos por nuestra geografía. Si el Frente de Unidad Ciudadana triunfa en Lanús seguramente Depetri será la nueva referencia. Pero, en una hipótesis de derrota, habrá que barajar y dar de nuevo porque los pases de facturas serán inevitables. Entonces será necesario recurrir a los mejores y más experimentados para que hagan lo que puedan. Si triunfara el Frente 1País las figuras de Nicolás Russo y de José Luis Pallares pasarían a un primerísimo plano y de ahí en adelante el gran objetivo serán alcanzar la intendencia de Lanús en 2019. De la partida hasta el final esa carrera sería a taco y lonja. Seguro.
¿Regresa Quindimil como The Phantom?
¿Y si gana Cambiemos? ¿Regresa Quindimil como the Phantom?
La decisión de nominar a Noelia Quinimil como primera candidata en la lista de concejales constituye una excelente jugada política por parte del actual intendente y conductor de Cambiemos, Dr. Grindetti. ¿Quién puede negarle su peronismo a Noelia? ¿Quién puede restarle potencia a un apellido emblemático del peronismo lanusense? ¿Acaso el Movimiento Peronista Bonaerense (MO.PE.BO) que orienta Alberto Torres y apoya a la actual Secretaria de Gobierno no es una referencia importante para un sector del peronismo local? En un escenario de triunfo de Cambiemos, si la victoria ocurre por un margen generoso, no es absurdo pensar que la sobrina nieta de don Manolo, al calor del poder municipal se lance a ganar voluntades y reclutar tropa dispersa, con la legítima pretensión de liderar el peronismo lanusense. Condiciones tiene. Y como miembro de la dinastía Quindimil, uno, de manera risueña, la imagina protagonista de un capítulo de la conocida historieta The Phanton (El fantasma) que Lee Falk creó en 1936. “Un niño, rescatado de un naufragio por nativos de la selva de Bengala, creció y juró dedicar su vida a erradicar el mal, prometiendo que sus descendientes continuarían con esa tradición. Esto derivó en una dinastía de Phantoms, todos ellos entrenados y disciplinados para cumplir con la promesa de su ancestro” No es la primera vez que la realidad supera a la fantasía. ¿Por qué no en Lanús?
(*) De Iniciativa Socialista