Lleva ya más obras -en marcha y realizadas- que las que hicieron Quindimil y Diaz Perez juntos, en sus prolongados mandatos
—Estoy muy enojado con vos Néstor —le espetó al intendente un político opositor, hace unos cuantos días.—¿Por qué? —respondió sorprendido y a la defensiva, Néstor Grindetti.
—¡Porque con la cantidad de obras que estás haciendo, cómo hacemos para ganarte? -aclaró entre sarcástico y adulón el político.
Hace unos días, un radical no muy convencido de su presente macrista, le confesaba a La Defensa, que la gente de su pueblo, Chingolo, “está encantada con Grindetti con las obras que está haciendo. Se quejan por la inseguridad y por los cortes de luz, pero están contentos por las cloacas, por un par de plazas puestas a nuevo, por la sala Natiello, la clínica veterinaria y el parque lineal”.
Y está en la calle -y hasta en los reclamos que la gente hace a La Defensa- maravillarse por la cantidad de obras y trabajos públicos que hace esta administración y que ya supera lejos
loque que han hecho sus dos antecesores juntos: Manuel Quindimil en sus 27 años de mandato, y Darío Diaz Perez en sus ocho años. Con el puente sobre el Riachuelo y las cloacas, ya los supera a ambos.
No sólo la inseguridad y los cortes de luz están en el debe de esta administración municipal. Hay que agregar en esa columna la falta de transparencia, la cantidad de jerarcas -casi todos forasteros e inoperantes- con que inundó Grindetti el ejecutivo, los cuerpos parapoliciales que creó esta intendencia, la roña en las calles y el SAME que no arranca, además de la política manipuladora son algunos de los déficits que muestra el balance del actuario Grindetti.