lunes, 17 de julio de 2017

El señor Ovejero

por Marcelo Calvente

marcelocalvente@gmail.com


“Los Globetrotters” empezaron a conformarse en el año 51, alcanzaron su mejor momento en el 56, y en medio del rencor y la insidia que los persiguió luego de la derrota ante River, perduraron hasta el descenso de 1961. Jugaban bien de verdad, daban espectáculo, se sabían cracks. Durante el primer tiempo dominaron a River, el Tanque Rojas fue imparable, y Ovejero sacó pelotas imposibles. Pero River tenía más experiencia en este tipo de definiciones. Labruna detectó una falencia defensiva de Lanús y en el segundo tiempo le sacó provecho. El pueblo Granate no lo aceptó, dio por sentado que sus futbolistas se habían vendido en el entretiempo, una circunstancia imposible de imaginar desde donde se mire. La condena persiguió hasta la muerte a aquellos jugadores. Sus hinchas dieron por
sentado que se arregló en el entretiempo, un verdadero disparate. 
Luego fue el tiempo de Los Albañiles, un equipo armado a los apurones en 1964para afrontar por tercer año consecutivo el Campeonato de Primera B, algo que en Lanús nunca había sucedido. Sin embargo, el elenco de Francisco Freiresorprendió a todos, y con la consagración de la dupla ofensiva conformada por Silva y Acosta, que se habían conocido pocos días antes de iniciarse dicha competencia,resultó un brillante campeón ylogró el ascenso a Primera. El mejor momento de “Los Albañiles” fue en 1968, con Silva, Acosta y De Mario comoúnicos sobrevivientes del campeón del 64, rodeados por Ostúa, Osvaldo Piazza, Capurro y Carnevale, con Juan Carlos Garmendia de 5; Ramón Cabrero, Manolo yQuico en la gestación, y Héctor Minitti y el Baby en los últimos metros,con aquel mismo Ovejero, ya veterano, en el arco, el Grana quedó a un paso de la semifinal del Metropolitano de 1968: En la última fecha, en La Plata, había remontado un 0-2 en contra y estaba a minutos de eliminar al último campeón, el Pincha de Zubeldía. Finalmente Estudiantes ganó 4-2, clasificó a la semifinal frente a Vélez, a quien venció 1 a 0, yfue derrotado en la final por “Los Matadores” de San Lorenzo en el Monumental por 2 a 1 en tiempo suplementario. Pocos meses después, Estudiantes ganó la Libertadores y la Copa Intercontinental de clubes. 
Como dupla ofensiva, “Los Albañiles” dejaron de existir a mediados de 1969 con la partida de Bernardo Acosta al Sevilla. Como equipo sobrevivió hasta diciembre del 70, cuando Lanús descendió, y Manolo Silva y Ramón Cabrero fueron vendidos a Newell’s. Curiosamente, las ilusiones de los dos másrecordados elencos granates de la era del fútbol en blanco y negro se desvanecieron en las manos de un tal Manuel Estanislao Ovejero, protagonista absoluto de las dos mayores frustraciones de la prehistoria granate: el fatídico domingo 28 de octubre de 1956, como arquero deRiver, fue la gran figura de aquel legendario y cuestionadopartido que su equipo ganó por 3 a 1; y doce años después, el 28 de julio de 1968 en La Plata, también domingo sin gloria, ocupando el arco de Lanús a los 35 años,Ovejero, de gran campeonato, tuvo una pésima actuación y fue culpado por los dos goles decisivos que pusieron la chapa final de 4 a 2 para Estudiantes. Una vez más, un futbolista granate era despedido por susufrida hinchada con una silbatina y al grito de “vendido”. No sería la última. Algunos años después, en 1975 el apuntado sería Ángel Manuel Silva, nada menos. La gente de Lanús no tuvo en cuenta que era Manolo, ni los 18 goles que llevaba convertidos en el campeonato, ni que jugó infiltrado a pedido de los dirigentes. Lanús perdió el ascenso ante San Telmo, Silva se erró varios goles y se retiró del fútbol insultado por los hinchas del club donde se consagró como genial jugador.
Ovejero nació en Jujuy en 1933 y se destacó en el fútbol del norte argentino jugando para el Club Gorriti, con el que se consagró campeón de la Liga Jujeña en 1953. Ese año integró la selección de su provincia que en un amistosovenció a La Máquina de River, entidad que decidió contratarlo debido a su actuación consagratoria. Permaneció en el Millonario hasta diciembre de 1961 cargando una pesada cruz: el titular era Amadeo Carrizo, por lo que ManuelOvejero jugaba poco y nada: apenas pudo totalizar 27 presencias. Para él, era un orgullo: “Fui el suplente del gran Amadeo Carrizo durante 7 años, 45 días y 9 horas” solía decir. El destino le tiró una carta brava: Debutó en River en el histórico partido disputado en Arias y Acha que definió el campeonato de 1956, el joven Ovejero fue el héroe de la jornada,evitó varios goles de Lanús y “Cacho” Fontana lo distinguió con el Premio Glostora en la transmisión de Radio El Mundo. Quienes están convencidos de que Los Globe fueron para atrás han olvidado la actuación descomunal del joven arquero. Entre 1962 y el 64 estuvo en Argentinos Juniors, donde debido a una seguidilla de lesiones importantes apenas pudo jugar 19 partidos. Hombre de actuaciones inolvidables que solía alternar con tardes para llorar, como la fecha inicial del Metro de 1963, en cancha de Atlanta, jugando para el Bicho ante Bocarecibió cuatro goles en la primera etapa y su entrenador, don Victorio Spinetto, lo reemplazó en el entretiempo y no lo volvió a poner nunca más.
Fue titular en el Necaxa de México entre 1965 y 1967, cuando pasó al Defensor Lima del Perú. En 1968 llegó a Lanús para adueñarse del puesto. Defendió el arco Granate en 29 de los 37 partidos que disputó el equipo entre Metro y Nacional. Después de la derrota en La Plata se fue del club, y con 36 años de edad, en 1969 firmó para Independiente Santa Fe de Bogotá, entidadcolombiana ala que 26 años después de su arribo, el Granate de Héctor Cuper le ganaría la Copa Conmebol de 1996 en “El Campín de Bogotá”. En Colombia vivió las mejores horas de su carrera, fue gran figura y obtuvo dos títulos a nivel local. Manuel Ovejero se retiró del fútbol en 1972 a los 39 años. Durante mucho tiempo atendió un kiosco en la estación Perú del Subterráneo de Buenos Aires, donde con su gran amabilidad se prestaba a dialogar con todo aquel que lo reconociera. Hurgando en su historia, sobresale la muy buena opinión que tienen de él todos los que lo conocieron. Hombre respetuoso, gentil, honesto y buen compañero, tuvo su tarde de gloria en cancha de Lanús jugando para River, y fue el “culpable” de la hostilidad que los derrotados jugadores granates recibieron de parte de sus hinchas. Doce años después la furia la sufrió él en carne propia por aquella pobre actuación que tanto desilusionó a la multitud de hinchas de Lanús que se habían llegado hasta La Plata.
Lo llamaban el Señor Ovejero, porque con ese respeto se dirigía él a sus famosos compañeros de River, como Ángel Labruna, Pedernera, Lousteau y el mencionado Amadeo, de quien se dice que en algunas ocasiones manifestó padecer molestias con la única intención de que su joven colega tuviera minutos en Primera. Manuel Estanislao Ovejero falleció el 7 de noviembre de 2015 a los 82 años, y por esas cosas del fútbol,su nombre quedó ligado para siempre a la historia del club Lanús y a dos de sus derrotas más duras.