por Alejandro Chitrangulo
Hay productos que consumís a diario, puede ser porque te gustan o porque los consideras saludables o de dieta, pero ¿sabés de que están hechos?
Te cuento sobre algunos clásicos.
¿Te gustan las salchichas envasadas? Están hechas a partir de mezclas de distintas carnes, que suelen corresponderse con las zonas menos aprovechables de los animales, esto es, el hocico o estómago del cerdo o de otros animales como la vaca o la gallina. Además de este abanico carnívoro también contienen almidón, jarabe de maíz, sal, colorantes y otros aditivos artificiales. Ciertamente contienen poca carne real ya que es uno de los alimentos más procesados del mundo.
Estamos más que acostumbrados a aderezar ensaladas o guisos con palitos Kanikama pero... ¿están hechos realmente de cangrejo o langosta? Lo cierto es que no. Los palitos kanikama están fabricados a base de surimi, esto es, una mezcla de partes de pescados de
carne blanca (abadejo, merluza, caballa) que se lavan, se mezclan, se desmenuzan, se enfrían, se calientan -repetidas veces- hasta que finalmente se obtiene una pasta gelatinosa de color blanco a la que se añaden conservantes, almidón, sal y otros edulcorantes no naturales. Para terminar este proceso, la pasta blanca resultante es congelada y adornada con colorantes para que el exterior quede de color anaranjado. Todo un proceso más que laborioso.
¿Te gusta el paté? El foie gras o pate de pato, se considera un manjar y está fabricado con hígado de pato, oca o ganso a los que se les alimenta de forma “especial” (por no decir desmedida) para hacer que su hígado crezca más de lo normal. Pero los patés económicos que comemos habitualmente están hechos a base de vísceras de animales como el cerdo, la vaca o el pollo a las que luego se añade especias, leche, harina y algunos conservantes.
Seguramente te gusta el queso crema. Fue inventado en Nueva York en 1872 y su éxito ha sido tan importante que en el mercado podemos encontrar muchas versiones saborizadas con hierbas, queso azul e incluso salmón. Está fabricado a base de lácteos fermentados a los que se les añade leche, crema, otros aditivos y sal, así como potenciadores de sabor. Lo cierto es que el queso crema aumenta el colesterol y la hipertensión debido a su alta cantidad de sal. El 80% es grasa.
La gelatina sí que es de dieta, pero ¿sabés de que está hecha? Casi en su totalidad está compuesta por colágeno (90%). Colágeno mezclado de tejido de animales (ya sea piel o huesos triturados) que pasa por un baño de ácidos hasta que se obtiene la oseína. Esta sustancia se mantiene posteriormente en cal entre 4 y 10 semanas. Una vez pasado este tiempo, la sustancia resultante se esteriliza, se enfría y se solidifica en forma de polvo al que luego se le añade agua para conformar el producto que estamos acostumbrados a ver.
A pesar de lo que nos imaginamos, el queso en fetas para sandwich es otro de los alimentos más procesados que existen. Se obtienen a partir de lácteos fermentados, con un elevado nivel de sal, aditivos y colorantes para conseguir darle ese característico color amarillento similar al queso. No son, por tanto, nada naturales y están repletos de aditivos. Se utilizan mucho en el mercado de la comida rápida.
No hay parrillada sin una buena morcilla. Seguro sabés que está hecha a base de sangre de cerdo sin coagular. Según la zona se elabora de distinta forma pero lo habitual es que el proceso comience con la limpieza de las tripas del animal, que se lavan con limón y con jabón a conciencia para que no permanezca ni un atisbo de olor desagradable. Luego, esas tripas se hierven (a 80-90º C) y se rellenan con la sangre del cerdo, azúcar, sal y cebolla -o arroz-, por ejemplo. Uno de sus puntos positivos es que tiene bastante hierro.
Los helados, que tanto nos gustan tanto en verano como en invierno, están hechos a base de cremas, leche, frutas, hielo, yemas y aceites y mucho, mucho azúcar, aditivos y colorantes. ¿Por qué son tan cremosos los helados? Gracias a uno de esos aditivos llamado carragenina, que se extrae de algas marinas y que también llevan los embutidos, los panes o margarinas. Al ser considerado un aditivo natural es ampliamente utilizado como estabilizador, laxante y agente espesante.
Fuente: Muy Interesante