por Aurelio Nicolella*
“Vamos a unir a todos los argentinos”, dijo Mauricio Macri en la campaña electoral de 2015.Sin embargo un decreto de necesidad y urgencia de la semana pasada en vez de unir separó. Es que la brecha de los derechos humanos, ese frente de batalla que abrió desde el comienzo de su gobierno el presidente Mauricio Macri, queriendo realizar una especie de revisionismo histórico sin decirlo, este sábado 28 de enero de 2017 la primera batalla la acaba de perder.
Los analistas nos preguntamos qué hubiese pasado si sólo el 2 de abril o el 20 de junio hubieran sido movibles como feriados nacionales. La contestación es nada, absolutamente nada, porque ambas fechas son importantes para la sociedad argentina una es contemporánea como la recuperación de las islas Malvinas, pero la gesta fue hecha por un gobierno “de facto”, léase la peor dictadura que existió en la República Argentina Y fui parte de esa gesta ya que me encontraba bajo bandera haciendo el servicio militar.
El 20 de junio, en cambio, día de la Bandera o paso a la inmortalidad de su creador el abogado general Manuel Belgrano es una fecha que hasta hace poco argentinos embanderan
sus balcones, hoy salvo si es época de mundial de fútbol y la selección argentina participa en la gesta deportiva, la bandera flamea en los frentes de las casas.
Ambas fechas no tienen hoy la transcendencia como lo tiene el 24 de marzo, porque a los veteranos del 2 de abril durante todo el año seguimos homenajeando y reivindicando las islas australes como nuestra parte indivisible como territorio, pero es cierto debemos lidiar con una potencia extranjera el Reino Unido de la Gran Bretaña. El 20 de junio los argentinos que nos sentimos orgullosos de serlo con todas las virtudes y los defectos seguimos teniendo presente que nuestra bandera con el sol de mayo es la insignia que nos guía entre las naciones del mundo, y nadie discute los valores de su creador ejemplo de prócer.
Pero con el 24 de marzo es otra la situación: sigue teniendo y tendrá por siempre en la vida de todos los argentinos una connotación especial, una fecha marcada a fuego.
Sociológicamente se puede decir que apreciar como muchos argentinos pensaban aquel 24 de marzo de 1976 es distinto a lo que piensan hoy, y eso es un factor interesante e importante, se llama aprender, es que en aquella época el desorden institucional de la democracia en la que estaba transitando la Argentina era débil y no tenía los elementos para revertir la situación, muchos creían que la solución era la fuerza apartándose de la institucionalidad.
Muchos de aquellos que respiraron aquella madrugada del 24 de marzo de 1976, sufrieron después el castigo “dantesco” de ver como sus libertades y sus derechos eran derogados, el silencio, y la pérdida del compromiso perdieron valor en una sociedad, cada ciudadano, pasó a ser habitante y debía cumplir con esos requisitos para seguir viviendo.
A esa sociedad se le implemento el lema “los argentinos somos derechos y humanos”, porque nos decían que todo era una campaña del exterior acá se vivía y se vivía bien, era el paraíso terrenal en un mundo en guerra entre dos ideologías. Y así tomo fuerza “él no te metas”, el no compromiso con la sociedad. Y terminamos cayendo como sociedad.
Pero la realidad era otra la detención y desaparición forzosa de personas en muchos casos sin ninguna actividad política era común, el terrorismo de estado y el terrorismo de izquierda empezaron una guerra, nunca mejor llamada como guerra sucia.
Por ser todos nosotros contemporáneos a estos hechos y haber dejado una cicatriz profunda en nuestra sociedad estos hechos siguen siendo parte de nuestra sociedad y como aquella persona que sufriera un accidente las cicatrices quedan y es bueno que cada tanto las mire, así es el 24 de marzo para muchos argentinos, significa eso, el permitir, el no comprometerse, el callar.
Por eso esta fecha no es patrimonio exclusivo de ninguna organización de derechos humanos pertenece a todos los argentinos, por ser símbolo que lo que no debería suceder “nunca más” en nuestro país.
Ahora, muchos nos preguntamos ¿Por qué? El gobierno de Cambiemos saca a luz el tema de una forma u otra de insistir con temas tan delicados, que terminan después repercutiendo en la gobernabilidad de la administración actual, donde el costo político es peor a nivel internacional que local.
Seguro es mal asesoramiento que tiene el presidente argentino, ¿o, no?, lo cierto es que hace agua en muchos temas candentes, pero también es que muchos integrantes del gobierno actual de la primera línea son empresarios carentes de cintura política, será muy buenos en sus empresas donde en los negocios las decisiones empresariales admiten las idas y venidas, total son siempre números que se conjugan entre el pasivo y el activo, pero en política es distinto en donde en una ida, o medida tomada, no puede haber vuelta atrás, se decide a veces sobre personas, y se termina como dijimos en un costo político, “que a veces puede ser la tumba del dirigente” según el político italiano Enrico Berlinguer.
Por lo visto el tema derechos humanos a Macri no le interesa, por eso en ese tema busca la confrontación, cuando en una entrevista en agosto del año pasado dijo: “… ¿Fueron 30 mil los desaparecidos?, No tengo idea…”, respondió muy suelto. O cuando a pocas semanas de asumir el nuevo gobierno el ex integrante del Grupo Sushi en plena Alianza de De La Rúa y ministro de cultura de la ciudad de Buenos Aires del actual jefe de gobierno, Darío Lopérfido manifestó a los cuatros vientos que no eran 30.000 los desaparecidos, comenzando con una discusión bizantina nada provechosa. O el secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj que justificó el cambio del feriado del 24 de marzo afirmando que hasta el momento, gran parte de la sociedad dedicaba el 24 de marzo al turismo, en lugar de hacerlo para el estudio y reflexión sobre la fecha histórica. “Se socializa mucho más la memoria”, las estadísticas desmienten al secretario, pero seguramente después de conocer la decisión de su jefe de dar marcha atrás con el decreto deberá estar escondiendo la cabeza como el avestruz. La pregunta sigue siendo ¿era necesario? Tanto show.
Lo llamativo es que incluso su asesor político José Durán Barba puso el grito en el cielo cuando decidió Macri decretar movibles dichos feriados principalmente el 24 de marzo, al ecuatoriano se le podrá reprochar muchas cosas, pero realmente tiene una visión muchas veces más acertada que la de su cliente, su consejo siempre fue no abrir frentes de discordia y menos en temas de derechos humanos, muchos alegan que será porque el ecuatoriano estudio en Argentina en la década del 70 y vivió en carne propia lo que era la Argentina “setentista”. Situación está que muchos ministros del staff presidencial no vivieron por estar estudiando o negociando en el extranjero o simplemente comprando la imagen que vendía la dictadura. Dejemos al lector la elección y la opinión al respecto. Así varios intendentes y gobernadores habían dispuesto el asueto para ese día, más aún la gobernadora de Buenos Aires tenía también en carpeta decretar asueto administrativo en las dependencias de la gobernación, hubiera sido un tiro por elevación hacia lo que muchos dicen las diferencias del presidente y la gobernadora.
Podemos ver que la Administración Macri aborrece las batallas culturales, le aburren, no las entiende. Conmemorar algo es perder tiempo y dinero. La prueba son los austeros festejos por el bicentenario de la independencia en 2016, el escaso presupuesto a la educación con cierre de carreras principalmente universitarias, etc…, todo lo opuesto a sus aliados radicales que siempre prefirieron mayor gasto educativo.
A Macri, lo cierto que esta vez le quedo claro que ni la Unión Cívica Radical ni gran parte de Coalición Cívica-ARI, que forman parte de la alianza Cambiemos aprobaban la decisión de su administración, de que las fechas 24 de marzo, 2 de abril y 20 de junio fueran feriados movibles, y esto hubiera sido el comienzo del quiebre de la alianza gobernativa, la derrota legislativa se hubiera sentido mucho antes.
Dentro del radicalismo a voz baja por ahora es común escuchar de sus dirigentes sobre el decreto de necesidad y urgencia macrista “no está mal que un político reconozca errores y los subsane, pero Macri comete bastantes y esto juega en contra de todo Cambiemos”, para un gran grupo de radicales que cuestionan el protagonismo del partido centenario es la muletilla para exigir más participación y más protagonismo, algunos ya piensan en romper.
Lo cierto que la actitud tomada por el presidente argentino en menos de una semana de “autocontradecirse” lo comienza a hacer poco creíble y la confianza que el electorado le otorgo oportunamente comienza a desvanecerse. El blindaje periodístico este domingo funciono los diarios Clarín y La Nación no publicaron la noticia del cambio presidencial en sus primeras planas, el grupo de “trolls” salió en defensa del primer magistrado en los comentarios de los diarios digitales. Pero hoy es hoy y mañana será mañana. Muchos temen que ese blindaje periodístico se quiebre si en las elecciones de medio término el oficialismo las pierde y todo ese caparazón se vuelque al ganador, y con eso la luna de miel se convertirá para el presidente en un divorcio donde llevara las de perder.
El pensador y filósofo danés SørenKierkegaarden en unos de sus trabajos “Temor y temblor” manifestaba que a veces los seres humanos tendemos conscientemente y otras subconscientemente a querer olvidar parte de nuestro pasado y no reparamos en hacerlo aunque perdamos cosas preciadas en ello. Mauricio Macri querrá sepultar ese período de la vida argentina de 1976 a 1983, en cambio lo que hizo es potenciar el 24 de marzo seguramente en esa fecha la gente marchara más que en otras ocasiones, dejando marcada a fuego dicha fecha en la memoria de los argentinos.
(*) Abogado y radical