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miércoles, 11 de enero de 2017

La milagrosa biodanza

por Alejandro Chitrángulo

Existen en el mundo muchísimas escuelas y terapias que aseguran que la sola práctica de la biodanza puede mejorar nuestra vida ayudando a paliar nuestros temores y culpas, mejorando la conciencia de uno mismo. Para las personas que viven en las modernas ciudades, con ritmos alocados, constantemente apurados y soportando la presión que impone el sistema, resulta casi utópico pensar que una escuela o sistema nos ayude a mejorar la relación con otras personas, con la vida, con la naturaleza y con el yo.
Hace pocos días en un paseo por la zona norte del gran Buenos Aires, me detuve en la puerta de una hermosa casa quinta en donde se podía ver a muchas personas, en un parque practicando un ritual extraño, con música y movimientos exóticos. La curiosidad me llevó a preguntar, me atendieron cortésmente, me invitaron a ingresar al lugar y me explicaron sintéticamente “estamos practicando biodanza”.
¿Qué es la biodanza?
“Bio” proviene del griego “bios” que significa “vida” y “danza”, en su acepción francesa
, significa “movimiento pleno de sentido”. La biodanza fue creada en la década del 1960 por Rolando Toro Araneda, psicólogo y antropólogo chileno que en los años sesenta investigó en pacientes siquiátricos los efectos de la música y el movimiento sobre las emociones. Llegó a la conclusión de que cada perturbación requiere determinados estímulos musicales y que la música tiene un poder curativo capaz de modificar estados físicos y emocionales. 
Es un sistema de desarrollo e integración de los potenciales humanos a través de la música, el movimiento y ejercicios de interacción grupal. La metodología del sistema biodanza es fundamentalmente vivencial; organizada sobre la base de un modelo teórico operativo, son diseñados un conjunto de ejercicios específicos que, acompañados de un estímulo musical (cuidadosamente seleccionado de acuerdo a criterios de semántica musical) y guiados por una consigna inductora, van conduciendo gentil y paulatinamente al restablecimiento de la armonía natural del organismo. Para Toro Araneda, cada ser humano nace con una información ancestral en su potencial genético, que le asegura la supervivencia, multiplicada miles de veces a nivel celular. Esa información ancestral se encuentra aletargada o adormecida como consecuencia del impacto que la sociedad, la cultura, la educación y la familia ha tenido sobre la edificación de nuestra identidad. Los grandes caminos por los que esa memoria milenaria se expresa a lo largo de la vida, en todas las razas y en todas las edades de la humanidad, son cinco. La biodanza, se propone despertarlos: 
   La línea de la vitalidad es unida al movimiento, al impulso vital, a la energía necesaria para vivir y nuestra capacidad de entusiasmarnos, nuestra determinación, nuestra fuerza, nuestro ánimo, la capacidad de afrontar y superar los obstáculos para realizar nuestros sueños.
La línea de la sexualidad: Implica el despertar de los sentidos y de la conexión con el placer. 
El reconocimiento de nuestras preferencias y nuestra identidad biológica. La apertura al erotismo.
La línea de la creatividad: es el elemento de renovación para crear nuestra propia vida; crearse a sí mismo y poner creatividad en cada acto. Es la capacidad de crear nuestra existencia siguiendo un modelo propio. Sentirme libre para danzar r con plenitud mi camino existencial con toda mi fuerza creadora.
   La línea de la afectividad es nuestra capacidad de querer. Es nuestro universo afectivo que puede extenderse en toda su potencialidad: dar y recibir amor, mirar al otro, escucharlo, expresarle ternura y atención; abrirse a su diversidad, viviendo ella como posibilidad de recíproco enriquecimiento. Hacer desaparecer los condicionamientos, la discriminación, el prejuicio. Es conciencia de la maravilla de la vida, de su preciosidad y magnificencia, de su resplandor.
La línea de la transcendencia, que es nuestra capacidad de transcender el ego, de transcender la identidad individual y de percibir la unidad de la vida, la pertenencia a la totalidad cósmica, de saber visceralmente que somos una nota en la sinfonía cósmica.
Beneficios físicos
Según su creador y lo que manifiestan quienes siguen esta escuela de terapia, la biodanza fortalece el sistema inmunológico, mejorando estados de salud crónicos. Aumenta la energía vital y las ganas de hacer cosas. Genera estados de renovación orgánica y/o celular, de manera que quienes han integrado la biodanza a sus vidas por largo tiempo, indefectiblemente lucen con menor edad de la que realmente tienen. Despierta los potenciales genéticos de vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia.
A nivel emocional la biodanza permite reconectarse con el sentir y expresar emociones, respetando cada una de ellas. Despierta la alegría de vivir. Estimula la creatividad existencial, asumiendo que la obra máxima que cada ser humano puede realizar es ser artífice de su propia existencia. Promueve el reconocimiento de la propia identidad y de la capacidad de poner límites que favorezcan el propio crecimiento. Ayuda a revincularse con los instintos y con la especie, generando la posibilidad de sentirse parte de la tribu de la humanidad. Estimula el sentido de cooperación intraespecie en contraste con el sentido de competencia.
Luego de la explicación me sentí tentado a probar una clase, pero le explique a mi anfitrión, “soy torpe al bailar”, ¿la biodanza requiere alguna destreza? Y casi a coro me contestaron: “Todo lo contrario para hacer biodanza no es necesario saber bailar; aquí se trata de desarrollar nuestra capacidad para vincularnos, para comunicarnos”… ¡con nosotros mismos y con los otros! Y agregaron, Descubrir tu movimiento autentico es experimentar la unión con el pulsar de tu propia vida… como el océano que danza fascinado por el magnetismo de la luna…
Después de semejante explicación, el impulso y la curiosidad me animaron a probar. Los resultados serán motivo de otra nota.
En la actualidad la biodanza es practicada por miles de personas en mas de 30 paises incluyendo, Argentina, Brasil, España, Chile, Francia, Alemania, Italia, Uruguay, Holanda, Reino Unido, Colombia, Venezuela y Belgica.