por Aurelio Nicolella*
El que, pudiendo, no evita el delito, lo consiente. Seneca.En todo el partido de Lanús lo que más le preocupa a los vecinos es la seguridad. Es decir, su seguridad, y la seguridad de su familia. Con el nuevo gobierno municipal la ilusión del lanunsense promedio era esa: recuperar la calle, para que sea de todos.
En Lanús no es novedad, que se está viviendo una ola delictiva principalmente en los barrios periféricos a los centros de las localidades del partido.
Así los lanusenses diariamente nos enteramos de casos delictivos donde se llega a veces incluso a la muerte de la víctima. Este año en ese rubro Lanús debe tener un triste record. No quiero dar estadísticas porque no estamos hablando de algo agradable, no es un record que uno como al que escribe -nacido, crecido y que vive en Lanús- lo haga sentir orgulloso, todo lo contrario, quiere soluciones al problema y ayudar a encontrarlas.
Hace un año que el doctor Diego Gabriel Kravetz, como secretario de Seguridad y Movilidad
Sustentable del Municipio de Lanús está a cargo de la cartera que más preocupa a cualquier gobierno municipal dentro del ejido del conurbano bonaerense.
No vamos a entrar en la ignorancia política de que todo se lo deba uno achacar a Kravetz pero es quién tiene que velar, exigir, opinar, hacer valer ante quién corresponda, sea esta la administración provincial, nacional o ante el poder judicial, las exigencias que se necesitan para combatir la inseguridad en el municipio donde está gestionando. En otras áreas del municipio de Lanús lo están haciendo y les va bien, se acercan al vecino, lo escuchan y le proponen soluciones que están al alcance municipal.
Los vecinos no quieren ver al secretario de Seguridad sólo por los medios masivos de comunicación: se lo quiere ver caminando todas las zonas del municipio, viendo el territorio y su problemática.
Al vecino no hay que subestimarlo, el vecino entiende y comprende mucho más que algunos políticos, lo he comprobado personalmente en estos meses. Por ejemplo los vecinos se dan cuenta y comprueban que las fuerzas federales no se las ve circulando en sus barrios. La escasez de móviles es notoria, pero sí se las ve en las avenidas principales, o lugares céntricos al mejor “gatopardismo” (1) del siglo XXI. Verlos parados como en estos días frente a la planta verificadora de automóviles en la calle Río de Janeiro hace exacerbar a propios y ajenos.
Quiero manifestar que el 16 de noviembre este ciudadano y contribuyente hizo llegar una nota al secretario de Seguridad municipal, a fin de tener una audiencia con el fin de anoticiar la situación de su barrio y el descontento de sus vecinos. No entraré en detalles. “Nobleza obliga”, nunca hasta la fecha fue contestada la misma y sé que el secretario sabe dónde ubicarme. Capaz que nunca le fue entregada la nota, entonces eso sí sería grave.
Todos sabemos que las distintas escuelas criminológicas han determinado que para que una sociedad pueda combatir con eficiencia al delito se debe primero saber si el delito es circunstancial o estructural, se ha escrito mucho al respecto e incluso lo he hecho yo -dejo el link de la nota: http://magazineobservador.blogspot.com.ar/2016/07/el-delito-circunstancial-o-estructural.html- la pregunta es: ¿Sabrán realmente esto, quienes tienen que poner en prácticas gestiones de la seguridad pública?
No se debe partir entonces de deseos o lindas palabras, se sabe que el tema de la inseguridad se debe trabajar en conjunto entre la Secretaría de Seguridad y otras secretarias comunales, entre municipio, provincia y nación, y sobre todo con la población. Las fuerzas policiales en la calle sirven porque dan la sensación de un estado presente; acompañados con políticas integradoras el éxito no se hará esperar.
La seguridad es una cosa seria, atañe a la democracia misma, es su pilar principal, sin una seguridad consiente no se puede ejercer la democracia por la que tanto luchamos los argentinos y tantas vidas nos costó.
Nunca mejor aquel refrán: “Mejor prevenir que curar”, y eso es lo que estoy haciendo con esta pequeña nota.
Con el doctor Diego Gabriel Kravetz, nada personal, al contrario estamos en el mismo camino, pero no quiero dejar pasar sin decirle que, si tiene éxito en su gestión la misma se traduce en la tranquilidad de mi familia, mis vecinos y del hermoso partido de Lanús que mis padres como emigrantes eligieron vivir y crear una familia.
Se lo dice un nacido, criado y que desarrolla su vida en Lanús, cuyo único afán es el bien común.
(1) El gatopardismo o lampedusianismo es un concepto político según el cual en determinados momentos históricos se hace necesario crear una apariencia de cambio revolucionario con el fin último de que la base, el núcleo del sistema, permanezca incólume e inalterado. Este concepto está extraído del libro de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, “El Gatopardo”, una obra maestra de la literatura que también fue trasladada al cine de manera excepcional por el director Luchino Visconti.
(*) Abogado