—Tengo abono, estaciono en el estadio.
—Entonces tiene que dar la vuelta y entrar por otro lado- dijo el trapito, y le hizo señas a un policía quien prestamente se puso a sus órdenes y repaldó sus indicaciones.
Diaz, antes de continuar su ruta, le dijo al policía -quien se presentó como el “oficial Ortiz”- que su orden era caprichosa dado que no había concurrencia de público visitante y muy escasa de hinchas locales, y que era evidente que secundaba al trapito.