Al publicarse la nota: Pami, peor que nunca (ver aparte) se produjo una verdadera catarata de reclamos sobre la obra social, pero casi todos referidos a la falta de pago a sus prestadores de servicios. Por ejemplo, a quienes realizan labores de pedicuría, enfermería y masajes, entre otros, les pagaron recién en estos días la deuda que arrastraban desde diciembre 2015. Eso a los de Lanús. Los de Avellaneda -por lo menos hasta el jueves- no habían cobrado.
Y a los talleristas, como ser instructores de gimnasia, yoga, tango, folclore, les adedudan dos meses, y cobran tan sólo $1.029 mensuales por centro que atienden. Los instructores y profesores del club Columbia de Matanza y Roma, por ejemplo, están en esta situación.
En la foto el director de la región Xª, Pablo Bertoldi, haciendo timbreo por Glew.