Oportuna intervención la de los policías de la Comisaría 2ª cuando advirtieron que una yegüita preñada, y con un ojo lastimado, era salvajemente golpeada por tres menores -no tendrían más de diez años- que iban a bordo de un carro. Los menores y la yegua fueron trasladados a la seccional, y hasta allí llegó la madre de los carreros, acompañada de una veintena de vecinos a reclamar la restitución dela yegua, para continuar con la explotación de esta y de sus hijos. La policía se contactó con la proteccionista Myriam Ortellado, ésta con fiscalía y de allí llegó la orden de incautación del animal. Al rato llegó Roberto Pouso, del Centro de Asistencia Equina, y se encargó de llevar a la yegüita embarazada de unos siete meses a su lugar de descanso, en Luján.
En la foto, Pouso y la yegüita que refleja en su mirada -como la de todos los caballos de carreros- lo qué padeció.