por Lisandro Martínez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arQue la izquierda en Argentina convoque un acto y vayan más de 20.000 personas no es una noticia ordinaria. El acto de Atlanta se realizó en medio de una crisis que cruza al enclenque gobierno de Cambiemos quién armó un fabuloso paquete de negocios para el gran capital -devaluación, tarifazos, eliminación de impuestos y retenciones- y el paquetazo no ha resuelto nada profundizado la crisis económica. Un dato es que el presidente de la Cámara de diputados acaba de anunciar que Cambiemos no alcanza para pilotear la crisis y postula integrar al pejotismo al gobierno.
En este cuadro el PO fue al acto a reinstalar el FIT como alternativa y poner fin a una parálisis inaudita en medio de una crisis social y política colosal.
El acto se llevó a cabo cuando el gobierno nacional continúa gobernando sólo por estar sostenido en diputados, senadores, legislaturas y en concejos deliberantes por el FV, FR y el
PJ quienes lo ayudan a aplicar el plan de ajuste que ya suma un 32% de pobres.
El caso del “socorrista” Massa es grueso, durante años fue jefe de gabinete y no tuvo iniciativas de quitar el impuesto al salario. Ahora proclama una mezquina reforma de ese impuesto, pero antes acordó con el macrismo el Presupuesto 2017 de ajuste y endeudamiento.
Hay que destacar además que Macri/UCR gozan tambien del apoyo del Papa Francisco, la CGT y las dos CTA quienes perpetraron una estafa pública el día anterior a Atlanta con la aprobación de la Emergencia Social, una ley de precariedad laboral para que 1 millón de personas se mantenga en el asistencialismo decimonónico en el que deben vivir los pobres según la “Santa Madre Iglesia.
Esta coalición (Pro/UCR, PJ, FV, FR y Vaticano) es enemiga del pueblo argentino y está empeñada en que paguemos los platos rotos los trabajadores.
El frente ajustador en Argentina reditúa las tres primeras líneas del manifiesto de lucha obrera que en 1848 Marx y Engels escribieran dando detalles del frente reaccionario al que se debían enfrentar los trabajadores: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma (la clase obrera organizada), el Papa, el Zar, Metternich y Guizot” (políticos patronales de la época).
¿Pero qué interés tenía Atlanta para el trabajador común, el jubilado, la mujer y la juventud?
Todo, porque el PO -ante la catástrofe capitalista y el triunfo de Trump que señala la desintegración del bipartidismo en EEUU y la imposición de una política de guerra contra la humanidad para que la bancarrota yanqui la paguen otros- propuso a través de sus oradores que lo primero en Argentina y demás países es organizar a los trabajadores independiente de los partidos patronales sean estos nac&pop y aunque tengan en sus filas despiadadas punteras “coyas” presas o usen globos amarillos para afanar a dos manos, sean frente renovadores que desde el poder jodieron a los obreros, o pejotistas, centroizquierdistas, etc, de todos ellos hay que separar a los trabajadores, para que el destino esté en manos propias.
El PO propuso a las otras fuerzas que componen el FIT “tener una política de frente único para actuar en los gremios y no ir detrás de la burocracia sindical que respalda los ajustes, despidos y cierres de fuentes de trabajo. Organizar a los jubilados para obtener los reajustes necesarios y obtener la canasta con los artículos que cubran las necesidades e ir por el 82%. En los parlamentos actuar como bloque político único no como hasta ahora y propusimos un plan de acción integral del Frente de Izquierda, con actos y acciones de lucha en todas las provincias, con iniciativas y frentes de lucha en los sindicatos y todas las organizaciones de masas, que debería rematar en listas electorales comunes.
Luego caracterizamos que hay una crisis de poder en Latinoamérica que viene de antes de fines de los 90’, con el caracazo, las rebeliones indígenas en Ecuador, Bolivia y el Argentinazo. En todos lados se agotó la experiencia política con la centroizquierda y el nacionalismo burgués tenemos que terciar para que se consolide en América Latina la clase obrera como alternativa de poder. En Latinoamérica no hay una oposición política independiente de los partidos del régimen, lo que hay son centroizquierdistas en demolición y nacionalistas patronales, conservadores o neo demócratizantes al estilo de Podemos en España o Siryza en Grecia que vienen a maquillar al capitalismo para rescatarlo. Ante eso en nuestro país se perfila el FIT como una oposición a lo establecido.
Nuestro desarrollo se ha gestado evitando la cooptación y antes enfrentando al menemato privatizador, a la alianza centroizquierdista De la Rua/Cavallo, al interinato duhaldista y al kirchnerismo camuflado de progre, de estas luchas hemos emergido como una alternativa política al ciclo permanente de la quiebra, la devaluación y los despidos.
Los hitos de esa delimitación política fueron el desarrollo del movimiento piquetero que protagonizó el Argentinazo y desafió a los punteros de los partidos tradicionales; la juventud estudiantil que desalojó de la Fuba a los agentes del Estado y la privatización educativa; el movimiento obrero clasista que desafió a los Pedraza y a sus cómplices estatales. El Frente de Izquierda es el producto de ese derrotero político.
El PO fue para relanzar el FIT, y al hacerlo por fuera de la campaña electoral señaló un compromiso de movilización que organice a la clase obrera y la juventud, para dar la batalla contra el capitalismo en todos los terrenos; no solo en lo electoral, ni únicamente en el parlamento, sino para convertir a la clase obrera, la juventud, la mujer de a pie, en protagonistas revolucionarios de este período.
A su turno Nicolás del Caño (PTS) no respondió sobre establecer iniciativas en común su llamado en cambio fue a “hacer grande al FIT”, lo cual, sin una plataforma de acción común se convierte en una expresión de autoproclamación que poco aporta a la evolución general del FIT para convertirlo en una alternativa de dirección política de las masas en las vísperas de una crisis política y económica como la que están gestando oficialismo y oposición.
Vamos a asambleas de balance de Atlanta, que resuelvan un plan de acción en todas las provincias y distritos para colocar mediante nuestros tribunos el programa de lucha y salida contra los partidos de la bancarrota nacional, movilizándonos el 20 /12 contra el ajuste a Plaza de Mayo.
(*) Del Partido Obrero