por Lisandro Martínez*
José López se ganó un lugar en el podio de estafadores seriales. “López” es una marca registrada que resume la actividad delictiva y en banda, tomando para el enriquecimiento personal la obra pública y la entrega de los recursos naturales. A esta altura se destaca el refinamiento organizativo de un régimen instalado desde la dictadura militar cuya continuidad jurídica y política se fortaleció en “la democracia” de las patronales. José López es en el imaginario de los funcionarios ladrones el “San La Muerte” de los lúmpenes de arrabal, capaz de cumplir los deseos más desaforados de expropiación al pueblo, soñados por cualquiera de las farándulas gubernamentales que padecimos hasta aquí.La crisis energética de la que tanto se habla está tachonada de “traiciones a la patria” y entrega lisa y llana de la soberanía, protagonizada por muchos de los diputados presentes en el recinto el 16/8/16 (entre otros E. Amadeo, J. L. Gioja, F. Sola, A. Kicillof) y sus partidos
políticos.
Durante 8 horas “la oposición” se negó a tratar la anulación del tarifazo propuesta
por FIT/PO dándole luz verde a cualquier componenda.
Antes Massa -el palenque de Macri- garantizó al CEO de Shell que en lugar de interpelación en Diputados iría al plenario de comisiones de esa cámara a escuchar las arengas “encendidas” de las bancadas involucradas históricamente en el latrocinio energético.
A pesar del simulacro, rápidamente surgió que se continuaba subsidiando como lo
hicieran CFK/Kiciloff, pagando el 50% más a los pulpos petroleros que extraen el crudo de
las cuencas (www.legischubut2.gov.ar/Sesión 1436 18/08/15 Legislatura de Chubut
Situación petrolera provincial).
La entrega y los subsidios a los monopolios internacionales invocando la llamada crisis energética han cumplido 24 años desde que Menem -con la complicidad del gobernador de Santa Cruz NK– privatizó YPF y Gas del Estado. El nuevo status Menem lo refrendó con una cláusula donde se garantizaban las tarifas ¡¡en dólares!! a Edenor, Edesur, Metrogas, las transportadoras de energía y a toda la cadena de monopolios
enganchados en el negocio del gas, petróleo y energía eléctrica. Esta cesión de la soberanía energética impulsada por “Carlitos” es la que honran los “demócratas” nativos y es lo que reivindicaron los diputados y la Corte Suprema de Justicia este 16 de agosto, que quedará en la historia como ejemplo de una clase dirigente que actúa como el chico de los mandados intermediando entre los monopolios y la nación con un sólo propósito: proceder como fieles mandaderos para asegurarse sus monedas.
Las privatizaciones tuvieron un cimbronazo en 2001 cuando voló el 1 a 1 y los contratos no tuvieron más valor jurídico; entonces Duhalde -muy reivindicado por el statu quo- convalidó la exacción a la nación a través de la ley de emergencia energética, que todavía nos preside.
Ha quedado demostrado que las privatizaciones fueron inútiles a la hora de sacar adelante al país. Las privatizadoras colgadas de las tetas del Estado Nacional -al que venían a sanear-, se financiaron siempre adquiriendo deuda externa colocando como garantía a los usuarios y fugaron u$s 30.000 millones en subsidios que les otorgó el estado. ¿No sería acaso una medida higiénica que se abran los libros bajo control de los trabajadores para saber adónde fue esa fortuna e identificar a los responsables de
semejante estafa?
El tarifazo condujo a la judicialización por la crisis política que puso contra las cuerdas a los aventureros macristas. La judicialización ha venido para quedarse, ya hacen cola los industriales, las pymes y pequeños comerciantes para presentar amparos ante la justicia. Esto abrirá a futuro el interrogante sobre quien gobierna el país: ¿Macri o la Corte?
La Corte, como buena hija de la burguesía, hizo demagogia para la tribuna en su fallo al tratar de “insensible e ilegítima” la tabla tarifaria del gobierno del hijo de “il padrone”. Pero mientras los cortesanos cacareaban por un lado, por el otro garantizaban mediante audiencias no vinculantes la vigencia del tarifazo para el 100% de los usuarios de gas. Autorizando ya al gobierno a dar el tarifazo contra el 73% de los consumidores
(industrias, pymes, cooperativas, micro emprendimientos, pequeños comerciantes, clubes de barrio) los industriales trasladarán los aumentos al precio de la mercadería, provocando inflación, despidos y cierre de fuentes de trabajo. Para defenderse deberán pasar al terreno de la lucha callejera.
La Corte tiene la misma volatilidad que Macri y desde hace rato no logra que Laurita Alonso les de bola para dar a publicidad el pacto secreto de CFK y Chevrón en Vaca Muerta, que pondría al desnudo la inviabilidad del nacionalismo burgués a la hora de defender los intereses nacionales.
El discurso de los “animales sueltos” y otras jaurías en los medios sobre el desequilibrio entre tarifas y el déficit fiscal no se sostiene ni con la infantería. Aranguren no respondió nunca sobre cuáles son los costos de boca de pozo, transporte, distribución, etcétera. Y el “no contest” puso de relieve que el aumento de tarifas no tiene costo y sí un precio político que debe ser pagado por el pueblo.
El proceso económico es altamente recesivo y en lugar de dispersarse con la llegada del segundo semestre, como señalaba el pitu filósofo Alejandro Rozitchner y otros trapos de piso del poder, se ha agudizado. Paralelamente baja el consumo de carne vacuna, aumenta la venta de polenta y harinas, la producción industrial cae el 4,6% y la inflación anual es del 42%; la UOCRA aún entongada no pudo dejar de anunciar la pérdida de 70 mil puestos de trabajo.
El macrismo conspira contra el pueblo apoyándose en la oposición que lo acompaña pero carece de recursos políticos y económicos.
El BCRA adeuda $600 mil millones a bancos locales con un interés del 30% que se aplica a deudores insolventes. La más pequeña reversión de las tasas de interés negativas a positivas en los centros financieros mundiales provocarán la fuga a otros puertos más seguros de los u$s40 mil millones y otras partidas de dinero recibidos por los aventureros políticos del macrismo.
La modificación de la tasa de interés internacional y las movilizaciones en ciernes revelarán los límites insalvables de esta forma de gobernar y el pueblo tendrá que prepararse políticamente para dar soluciones. Nacionalización integral de los recursos energéticos bajo control obrero.
(*) Del Partido Obrero