por Marta Santos
Más allá de consideraciones partidarias, preferencias y acuerdos propios de la política, hay que señalar lo que sucede con muchos expedientes que llegan desde el departamento ejecutivo municipal al Concejo Deliberante de Lanús.Lo cierto es que desde hace algunos meses vengo escuchando argumentos que me producen una sensación molesta y repetitiva. Es que el Frente para la Victoria y Cambiemos han intercambiado papeles y argumentos, lo que no le significa nada al vecino y sí al control de las acciones del ejecutivo.
Cuando en la anterior administración se recibían expedientes sobre convenios y obras, los ediles de Juntos por Lanús reclamaban porque llegaban sobre la fecha de la sesión en que
había que tratarlos y decían que no se les daba tiempo para examinarlos o que la información estaba incompleta, lo que a veces motivaba su voto negativo. Los integrantes del FV, por su parte, tenían los suficientes votos propios y de adherentes como para aprobarlos sin más.
Ahora los papeles y argumentos se han dado vuelta. Durante la sesión el actual FV esgrime las argumentaciones que otrora hacía la oposición (como que son la oposición, precisamente) y el bloque oficialista responde pocas veces. Antes daban como respuesta "ganen las elecciones y después vemos", ahora se han apropiado de los argumentos a los que no daban ninguna importancia. Reciben un poco de su propia medicina.
Hay que reconocer que el presidente del concejo solicita la información requerida, pero muchas veces llega con posterioridad a la aprobación del expediente. Claro que ahora podría ser un poco más complicado todo: Cambiemos no tiene todos los votos propios que necesita. Pero el acuerdo con el Frente Renovador -que está muy cómodo en su papel de "exijo y consigo"- le proporciona las manos faltantes a la hora de la votación.
Por eso: cambiamos de lugar pero hacemos lo mismo...