miércoles, 31 de agosto de 2016

Diez años escribiendo en La Defensa

por Lisandro Martínez*

lisandromartinez47@yahoo.com.ar

   Con casi 600 artículos publicados en La Defensa, escritos desde el punto de vista de la clase obrera y defendiendo esos intereses, el 1/9/16 cumplimos 10 años colaborando desde ese medio para reforzar una corriente de opinión independiente del Estado y sus partidos patronales que han convertido a la Argentina en rehén de intereses extranacionales que son los que en última instancia le imprimen el rumbo político y económico a la nación sojuzgada. 
    Estas notas se replicaron en una decena de medios de zona sur del GBA, en el interior de la PBA y también en el exterior, e incluso abonaron con ideas luego más desarrolladas la edición de dos libros sin que el material provisto por “el realismo mágico” lanusense se haya agotado. Surge claramente que Lanús vista desde esta óptica original merece agrupar en por lo menos un nuevo libro una selección de los artículos que caracterizaron semana a semana a la clase que gobierna a cuenta de los que se benefician
con el trabajo ajeno y que imponen la agenda del HCD. La crítica no se detuvo allí sino que indagó la realidad y propuso un plan de acción como salida para el pueblo trabajador.
  En este cuadro, es necesario destacar la amplitud política del editor, quien al no ser del mismo palo jamás dio indicaciones que constriñeran las ideas que se pretendían expresar. E incluso en un momento creyó necesario -y lo señaló reiterada y públicamente- que el autor de esta colimna debía ingresar al HCD, una estimación de alguien quien guardando su distancia política distingue un pato de una gallareta.
   Partimos de que la monopolización periodística presentada como neutral (y que empuja al prójimo a ser cada día más atrasado) sea conocida como periodismo independiente es un absurdo. 
   Al inicio, un juez que escribía en La Defensa creyó incorrecto que parafraseáramos sus dichos: “la justicia es mafiosa, el poder es corrupto y la policía no se anima” y tituláramos: “La justicia es mafiosa”. El hombre solicitó una retractación pero luego no avanzó. Teníamos la decisión tomada de rechazar cualquier injerencia al derecho de opinión y nos disponíamos a librar la batalla jurídica. En diez años todos los políticos que denunciamos dieron por buenas las denuncias y nunca se atrevieron a contestarlas.
  El sello que le imprimimos al trabajo estuvo centrado en una concepción materialista de la historia que abreva en Epicúreo, Demócrito y Lucrecio, quienes renegaron de la justicia divina y la dialéctica de Platón, haciendo eje sobre que el compromiso inmediato tomado –antes y ahora- es salvar lo que queda del hombre. Los antiguos materialistas descartaron que la salida humana fuera evadirse hacia paraíso celestial alguno y entendieron que la verdadera empresa humana estaba en la tierra y que había que romper con las amenazas y extorsiones de dioses inexistentes. La felicidad humana está en la tierra o en ningún lado y por lo tanto la actividad del hombre debe ser reenfocada luchando contra supersticiones y prejuicios.
  La metodología de abordaje utilizada estuvo y está a prueba evitando la adaptación a las políticas que en el pasado fracasaron; para eso revisamos el genoma de nuestra Burguesía Nacional devenida en expropiadora de los bienes públicos y como una clase social capituladora frente a los monopolios ya que desde 1816 es responsable del derrumbe económico de las mayorías trabajadoras que habitan el país. Esta concepción verificada se transformó en el soporte fundamental y orientador del trabajo que presentamos durante diez años a los lectores. Este método nos permitió leer el futuro sin necesitar darle 100 días de gracia para sacar conclusiones antes que comiencen a gobernar los partidos patronales y sus diferentes variantes –centro izquierda, nac&pop, nacionalistas de derecha, aventureros políticos (Cambiemos), etc.- que gobiernan Lanús. Todas estas expresiones tributarias del gran capital y los monopolios se condenan de antemano por su programa, su política, sus fines y propósitos. 
El periodismo partidista está instalado en el planeta hace más de 200 años. La lucha política en Francia entre 1789 a 1797 puso en la calle infinidad de periódicos militantes: “L’Ami du peuple”, “La vieux de cordeliers”, “Le Patriote français”, “Le pére duchesne”, “Le Tribune du pueble”, este último a cargo de François Babuef quien tempranamente planteó que a la dictadura patronal había que oponerle la dictadura de los desposeídos. En EEUU los diarios fueron plataformas políticas. Willian C, Bryant, luchador contra la esclavitud, dirigió de 1826 a 1878 “New York Evening Post”. Horace Greeley, enemigo jurado de los monopolios, fue uno de los fundadores del Partido Republicano y del New York Tribune, el periódico más influyente entre 1840 y 1870. Tribune fue órgano del PR contra el esclavismo. Charles Fourier socialista utópico escribió en Tribune junto a Marx y Engels que fueron corresponsales obreros desde Europa entre 1860 y 1870. 
   ¿Fue neutral el trabajo del padre del periodismo argentino en “La Gazeta” en 1810 cuando luchaba por las ideas revolucionarias y denunciaba públicamente al Statu Quo? 
   Es imposible pedir más información que la  brindada por Rodolfo Walsh cuando investigaba crímenes y negociados del poder político cuyas evidencias recogía de los medios públicos, señalando pedagógicamente: “Todo está en los diarios”.
   ¿Qué rol más militante que ningún otro cumplieron como periodistas García Márquez, García Lupo, Walsh, junto a otros cuando montaron la Agencia de Noticias de la revolución cubana antes que fuera desarticulada por el estalinismo? 
   Sarmiento, otro periodista militante, señalaba: “El diario es para los pueblos modernos lo que era el foro para los romanos. La prensa ha sustituido a la tribuna y al púlpito”. 
   ¿No fue acaso una acción altamente militante del equipo periodístico de C5N que a pesar de las apretadas mafiosas filmaran en vivo el ataque que terminó con 5 heridos y Mariano asesinado en Barracas y por esa acción periodística las pruebas resultaron contundentes a la hora de las condenas? 
  A la hora de la lucha de ideas todos los periodistas, aún sin conocerla, recuerdan la frase atribuida a Dante Alighieri: “Los lugares más abrasadores del infierno están destinados para aquellos que en momentos de difícil crisis moral mantienen su neutralidad”.
   Que la monopolización periodística que impone al prójimo ser cada día más atrasado sea conocida como periodismo independiente o libertad de prensa no sólo es un absurdo sino un crimen. 

                 (*) Del Partido Obrero