Mañana, Claudia Serapio, se presentará como particular damnificada en la causa que investiga el asesinato de su hijo, Nicolás Gamboni (foto). Lo hará con el patrocinio del doctor Enrique Tronceda, un prestigioso abogado penalista.
Tronceda deberá lidiar con las escasas pruebas que viculan a los detenidos Nicolás Ezequiel “Chaparrón” Santillán, de 18 años, y Jonatan “Mono” Maidana, de 23; con el asesinato de Gamboni, ocurrido el 19 de este mes.
El fiscal Leonardo Kaszewszki, que capitanea la investigación, se encontró al cabo de analizar centenares de cruces telefónicos y contactos en redes sociales, con que estos dos sujetos, residentes de la peligrosa villa La Fe, integran una banda -o malón- de al menos 25 delincuentes que se dedican en especial al robo de celulares y motos, aunque no le hacen asco a nada.
Entre estos delincuentes hay otro, un tal Javi, sospechoso del robo en una casa de la calle Achaval, que también podría haber sido el autor del disparo que acabó con la vida de Gamboni.
Porque en realidad aunque las fuerzas de la ley saben que entre estos tres nombrados está la solución del crimen, hoy a partir de los cuatro allanamientos efectuados, hay poco más que un arma de guerra -un revolver 38- hallado en poder de Chaparrón, y algún robo que se les pueda imputar para mantenerlos presos.