por Lisandro Martinez*
lisandromartinez47@yahoo.com.arJunto al buzón de “la reparación histórica a los jubilados”, la oposición y el macrismo votaron en las dos cámaras violar dos leyes: 1) la 25.246 promulgada el 5/5/2000 que creó la Unidad de Información Financiera como autoridad controlante del lavado de dinero y 2) la 26.683 sancionada en 2011, luego que el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) sobre Lavado de Activos informó que Argentina suponía un alto riesgo y no colaboraba contra el lavado. La 26.683 sanciona con prisión de 3 a 10 años esos delitos.
Una vez más los gobiernos patronales violan leyes propias que impiden delitos contra el fisco y agrandan el arco del pueblo para golearlo fácilmente.
A nivel mundial hay una tendencia de las principales potencias financieras (EEUU y Reino
Unido) a ser ellos el principal reducto de los capitales offshore. Según el Financial Times, el ex primer ministro Cameron, en 2013 envió una carta al presidente del Consejo Europeo Herman van Rompuy para que aflojara las reglas de transparencia respecto a los fondos empresarios. En 2012, Cameron no firmó el tratado fiscal de la UE para proteger los servicios financieros de la City en Londres” (Chequeando.com).
El propio resultado del plebiscito que determinó la salida del Reino Unido de la UE tuvo como financistas de la campaña por el Brexit a los grandes accionistas de las compañías offshore refugiadas en las islas Vírgenes, como PRI Holdings Bilney. Así fue como Aaron Banks donó 1 millón de libras esterlinas al Partido de la independencia del Reino Unido y 6 millones más a otras campañas anti UE. Banks además fundó el grupo Leave EU. Banks hizo su fortuna evadiendo impuestos y está en los Panamá Papers.
La publicación de los archivos de Mossack/Fonseca con 11,5 millones de clientes registrados tiene para los expertos una pata floja: no hay en la lista ni uno de los políticos millonarios de EEUU y de Israel. Además el “Consorcio de Periodistas de Investigación” (ICIJ) es hijo del CPI, una poderosa organización con sede en EEUU. Bradley Birkenfeld, el delator que cooperó con EEUU en la investigación de la evasión de impuestos en Suiza, señaló: “Estoy seguro que la CIA está detrás de esto. Si puede espiar gobiernos, puede entrar en un bufete de abogados como este” (entrevista en la cadena CNBC).
A partir de aquí el amplio listado de truchos que figuran en los Panamá Papers son tan relevantes como que no figure ningún capitalista de países con doble moral, muchos de ellos sede de numerosos paraísos fiscales: EEUU, Alemania, Japón, Israel, Australia, Nueva Zelandia, Corea del sur, Holanda.
La OCDE publicó una normativa severa para descubrir y castigar evasores fiscales y la aplicación comenzó en 2015 con el acuerdo de 97 países, excepto Nauru, Vanuatu, Bahréin y significativamente EEUU.
En abril de este año WikiLeaks denunció que “la investigación de los papeles de Panamá fue protagonizada por un agente del Departamento de Estado de EEUU que recibió u$s 6 millones. Sacar los trapitos al sol fue una acción concertada por Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) y financiado por USAID y fondos de Soros”.
De allí que se considere que desnudar a la vista del mundo a los Macri, Grindetti y otros miles de evasores apunta a forzar la confluencia de los capitales offshore hacia EEUU, único puerto seguro.
Esto tiene una larga y estudiada preparación basada en la experiencia histórica. Thierry Meyssan –periodista, activista político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha, sobre la Iglesia Católica y fundador de Red Voltaire- dice que “Obama al iniciar su presidencia incorporó a Christina Romer, estudiosa de la crisis del ’29, cuya tesis es que la salida de EEUU de la depresión no fue el New Deal ni la 2ª Guerra Mundial sino el flujo de capitales europeos que huían del peligro de que sus fortunas fueran confiscadas”. Por lo tanto hay que forzar a los capitales a refugiarse en el puerto seguro de EEUU: Nevada, Wyoming, Dakota del Sur y Delaware se han convertido en nuevos paraísos fiscales que garantizan con los Marines, la CIA y el Pentágono, la inviolabilidad de los secretos comerciales y delictivos.
Es así que la experta Stefanie Ostfeld (de la organización anticorrupción Testigo Global) afirma: “EEUU es el patio de juegos del dinero sucio del mundo”, mientras el experto financiero alemán Ernst Wolff asegura que “EEUU está tratando de secar ciertos paraísos fiscales para presentarse a sí mismo como el nuevo y mayor paraíso fiscal del mundo” (www.hispantv.com/noticias/opinion 27/4/16).
Esto es una guerra por hacerse del dinero sucio. “Un tercio de los paraísos fiscales está bajo jurisdicción de la Comunidad Británica. El Reino Unido tiene 14 territorios de ultramar” (ONG Oxfam). Siete de esos territorios fueron calificados “jurisdicciones secretas”, es decir con secreto fiscal, por la organización Red de Justicia Fiscal “Tak Justicie Nework”.
Mientras los activos no declarados por argentinos en el exterior llegarían a u$s440 mil millones (James Henry-Tax Justice Network) (Infobae 26/7/16), Argentina fracasa históricamente en el cobro de impuestos a los grandes capitalistas. Demócratas y genocidas rechazaron el déficit fiscal, reduciendo el Estado, los puestos de trabajo y los salarios. Pero a la hora de recuperar el dinero de coimas de los últimos 27 años: cero; recordemos que sólo los gobiernos de Alfonsín y Menem mandaron al “negro” u$s1222 millones que fueron contabilizados en la causa 12.547/93 del Juzgado Federal N°5 y en el folio 2380 por el Juez Martín Irurzun y nunca aparecieron.
La Nación del 25/7/16 dice que el estado sólo recuperó $25 millones del lavado de dinero. La cifra es irrisoria frente a los montos embargados por la justicia que suman $17.300 millones desde 2012, significan un 0,15% de lo embargado en 4 años.
Hay una guerra por quien debe atesorar el dinero offshore entre Rockefeller, cuya base son los EEUU, y la dinastía Rothschild que maneja las colonias inglesas donde tienen instalados los paraísos fiscales. La médula del enfrentamiento es por la preeminencia en el mundo de las finanzas que todavía hoy en plena caída está dominada por la city londinense.
Para romper con la política offshore donde los monopolios no pagan impuestos y el desocupado y el obrero gatillan todos los días, hay que poner en pie una alternativa política de los trabajadores para expropiar a los expropiadores.
(*) Del Partido Obrero