Pacientes impacientes
La guardia del hospital Evita estuvo a punto de ser prendida fuego. Fue el domingo pasado cuando la gente, agobiada de esperar que la atiendan -juran que la demora era de cuatro horas- comenzó a gritar que la iban a incendiar si no se reanudaba la atención.Un empleado del hospital observó la secuencia y comenzó a calmar a la gente. Luego les dijo a los médicos: “Muchachos, la gente está enardecida por la demora en la atención. Ustedes hagan lo que quieran, pero los pacientes están a punto de prender fuego la sala de espera”.
El conflicto no llegó a mayores, pero juran que no es la primera vez que ocurren estos incidentes, y mientras tanto la nueva dirección -de Cristina Godoy y compañía- está guardada en su despacho del tercer piso, y según comentan, lo único que están haciendo es tomar nota de todo, porque tres de sus directores vienen de “fauera” y no tienen ni idea cómo funciona el hospital.